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“Todos nos encontramos piedras en el camino… Lamentablemente Natalia se encontró muchas más de lo normal”.

Así ha presentado Florentino Fernández a Natalia de Agustín Rodríguez, una de las protagonistas del programa que Vidas de cine ha grabado en el madrileño municipio de Becerril de la Sierra.

Natalia, protagonista del 'Vidas de cine' de Becerril de la Sierra | Redacción

Natalia es doble campeona de España en kenpo karate. Pero, por desgracia, los golpes más duros de su vida los ha recibido fuera del tatami. Y es que esta joven ha vivido una infancia muy complicada, una infancia que es incapaz de recordar sin acoso escolar.

Ya en educación infantil vivió su primer episodio de acoso. Una chica de su clase iba a celebrar su cumpleaños. Sin embargo, aunque eran 21 alumnos, solo había 20 invitaciones. La chica se acercó a ella con la invitación y le dijo “no, tú no vienes”.

“Una de las niñas cogió a su hermano y me hizo pis encima”

La situación no era nada sencilla para Natalia, pero tampoco para sus padres, que vivían con impotencia todo lo que sufría su hija. “La veía sufrir y no la podíamos ayudar”, recuerda entre lágrimas su padre.

“Cuando me invitaron al primer cumpleaños, que iba supercontenta, una de las niñas cogió a su hermano y me hizo pis encima”, nos cuenta Natalia. “Para mí el colegio era como una cárcel”.

Para intentar poner fin a todo el bullying que recibía, decidió cambiarse de colegio. Aunque llegó esperanzada a su nuevo centro y su primer año lo vivió con alegría, los fantasmas del pasado se empeñaron en volver a ensombrecer su vida.

“El segundo año, al estar los centros muy cerca, una del nuevo colegio se puso en contacto con otra del antiguo y volvió la misma pesadilla”. Y no solo es que volviera, sino que se engrandeció. “Era peor porque, al ser mayores, eran más crueles y sabían cómo hacer daño”.

“En los pasillos del instituto gritaban ‘¡Matadla! ¡Matadla!’”

Las risas, los desprecios, los insultos, las vejaciones, las amenazas y los empujones eran habituales en su vida y no había día en que no los sufriera. De hecho, incluso le llegó un mensaje avisándole de que le estaban siguiendo y sabían todo lo que hacía, “que iban a venir a por mí y que me iban a matar”.

Todo este desprecio que recibía de su alrededor empujaron a Natalia a intentar suicidarse con tan solo catorce años.

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Pero Natalia resistió y, con el tiempo, ha logrado transformar el miedo en una energía que la ha convertido en una increíble campeona.

El kenpo karate fue para ella una vía de escape, pero también la escritura. Resistiré es el título del libro que ha publicado, un diario en el que cuenta sus experiencias y que ha ayudado a muchos jóvenes en su misma situación.