La emotiva historia de la primera familia numerosa gay de la Comunidad de Madrid
Carlos y José tuvieron que luchar para conseguir adoptar a sus "tres chicarrones"
“A las doce irremediablemente le sucede la una. Al despedir un otoño contemplamos el nacimiento de otro frío invierno. El tiempo siempre pasa de manera implacable, siempre de manera predecible. Siempre, salvo en algunos casos…”.
Así ha presentado Florentino Fernández a José y Carlos, los dos protagonistas de esta emotiva historia que Vidas de Cine ha grabado en el madrileño municipio de Becerril de la Sierra.
José y Carlos querían ser padres y, aunque la ley no se lo permitía en aquel momento, la fuerza de su deseo y sus infatigables batallas les llevaron a acoger primero y adoptar después a sus tres hijos, que se han convertido en toda su vida.
Carlos, Pedro y Antonio son los hijos de la pareja y los tres coinciden en que volvieron a nacer el día que llegaron a su nuevo hogar:
“Mi nombre es Carlos. Yo nací a los dos años. O eso digo, porque fue cuando me acogieron mis padres y, para mí, es como una fecha de inicio de vida”.
“Soy Pedro y nací a los diez años cuando conocí a mi familia nueva”.
“Mi nombre es Antonio. Nací a los cuatro años porque fue el momento en el que me adoptó una familia que me dio un futuro, una vida. Antes no tenía vida”.
Carlos y José se conocieron hace casi treinta años. Lo suyo fue un auténtico flechazo: tan solo una semana después de conocerse, empezaron a vivir juntos y, a día de hoy, no se han separado nunca.
El afán personal de José siempre había sido el de ser padre. “La decisión fue consensuada, pero el que más necesidad paternal tenía era él”, explica Carlos. “A mí me nació en el momento en el que llegaron mis hijos a casa. Desde ese día fui padre total”.
Empezaron a pensar en formar una familia, pero en aquellos tiempos la adopción por parte de parejas del mismo sexo no estaba permitida.
Es por eso que el acogimiento lo tuvo que formalizar José por su cuenta, él solo. “El primer día fue impresionante”, recuerda. “Fue la primera toma de contacto en la residencia. Trajeron primero a Pedro, hubo un abrazo y noté una química especial. Luego vino una cosa volando: mi hijo Antonio. No se puede explicar con palabras lo que sientes en ese momento”.
Por desgracia, Carlos no pudo estar presente en este momento tan especial y emotivo. “No podía ir porque no estaba en la unidad familiar”, nos cuenta entre lágrimas. “Es como cuando ves a tu hijo nacer y yo me lo perdí”.
Un año después de estar Pedro y Antonio en casa, se enteraron de que tenían otro hermano, Carlos, de solo dos años. “Las circunstancias de la vida nos han dado a tres chicarrones”.
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Tras una magnífica boda en la que participaron los niños, era el momento de que Carlos entrara en el acogimiento y pudiera formar parte de la familia de manera oficial. Primero se oficializó la adopción de Pedro y Antonio, que habían llegado antes, y después la de Carlos.
De esa manera, pasaron a convertirse en la primera familia numerosa gay de la Comunidad de Madrid.
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