Entre un 15 y un 30 por ciento de la población infantil y adolescente padece dolor, según ha advertido el doctor Carlos Goicoechea, copresidente del Comité Científico del Congreso de la Sociedad Española del Dolor, que matiza que, aunque no siempre se trata de dolor crónico, este es "mantenido en el tiempo" y causado por diferentes patologías.
Así lo ha expresado en la presentación del XIX Congreso de la SED, en referencia a un estudio de la revista 'Children'. La patología predominante en la población pediátrica que causa dolor es la de tipo musculoesquelética, relacionada con el crecimiento y el dolor crónico primario que aparece más en la adolescencia.
El dolor en niños provoca absentismo escolar, menor rendimiento académico, reducidas actividades sociales y dificultades para el sueño, entre otros efectos. Entre los factores de riesgo en el desarrollo del dolor crónico figuran haber sufrido abuso infantil, abandono, y situaciones de divorcio o muerte de alguno de los progenitores.
En este sentido, el doctor ha lamentado que es "complicado" encontrar en España unidades interdisciplinares donde puedan ayudar a estos niños y adolescentes.
"Es un problema enorme en todo el mundo, porque está afectando al desarrollo de una persona que todavía no ha llegado a la madurez. Podemos pensar que el condicionamiento que le está generando a medio y largo plazo va a persistir durante mucho tiempo si no tiene una terapia y ese apoyo que necesita", ha expresado por su parte la presidenta de la SED, la doctora María Madariaga.
En cuanto a la población general, el dolor crónico se ha convertido en la enfermedad más frecuente en España y el principal motivo de consulta médica, con una prevalencia de casi el 27 por ciento de la población, y, sin embargo, es la peor tratada, ya que la mayoría de los pacientes (64%) no recibe tratamiento específico de su dolor en Atención Primaria.
Retrasos en el diagnóstico
Hasta que el dolor no tiene un impacto sustancial en la calidad de vida del paciente, esto es, en la esfera laboral y en lo familiar y se ven incapacitados, no piden ayuda. "El dolor es la primera causa de consulta a un profesional de la salud y esto no se nos puede olvidar", ha recordado Madariaga.
Por ello, la presidenta de la SED también ha puesto de manifiesto el problema del retraso en el diagnóstico. "Estamos hablando de casi cinco años de espera desde el momento del diagnóstico hasta llegar a una unidad donde se valora específicamente el dolor como enfermedad", ha detallado.
En población general, solamente el 18 por ciento de las unidades de dolor en España tienen capacidad para atender a los casos más complejos, y estas son las unidades multidisciplinares que actúan de manera independiente, esto es, como un servicio aparte.
En ellas, además de un equipo médico, también hay profesionales de fisioterapia o rehabilitación; así como psicólogos. "Es muy difícil encontrar un psicólogo en una unidad de dolor, cuando debería ser obligada la valoración psicológica de un paciente que refiere dolor de más de tres meses de evolución y, todavía más, un dolor crónico-refectario", ha opinado la experta.
"La dotación de esas unidades es muy diferente, y la formación de las personas que la integran es muy diferente también, y esto hace que la atención de la salud varíe mucho dependiendo de tu comunidad autónoma", ha apuntado la presidenta de la SED, para añadir que se trata de "una grave injusticia" porque el alivio del dolor es "un derecho humano".
Normalmente, es "difícil" que las unidades del dolor sean multidisciplinares porque "asistencialmente suelen tener dependencia de un servicio, generalmente del Servicio de Anestesiología", ha explicado Madariaga.
Por tanto, las unidades de dolor son generalmente "unidisciplinarias" o de un solo profesional, máximo dos, que pueden atender a los pacientes. "La inmensa mayoría de unidades de dolor no son multidisciplinarias ni están pensadas para tratar a los pacientes con un solo profesional", ha lamentado la presidenta de la SED.
Por todo ello, la especialista ha señalado la falta de regularización y de homogenización de la cartera de servicios que se presta al dolor crónico como uno de los principales problemas de esta patología. "No hay un tratamiento de dolor igual en dos hospitales de la misma comunidad", ha criticado.
Tipos de dolor
Preguntada por los tipos de dolor más frecuentes, la especialista ha destacado que los más prevalentes suelen ser los de la columna, generalmente la región lumbar, aunque también de la región cervical y en grandes articulaciones.
"Generalmente, la artrosis, los trastornos degenerativos y los problemas derivados o músculoesqueléticos copan la inmensa mayoría de las consultas, pero también tenemos un porcentaje no menor de pacientes que refieren dolor generalizado o dolor crónico primario", ha detallado.
La mayoría de estos pacientes son mujeres que tienen un dolor "muy complejo de tratar", denominado dolor nociplástico. Este requiere de un tratamiento "totalmente multidisciplinar", pues "son de los dolores crónicos más complejos de tratar, porque además persisten a lo largo de la vida del paciente, no se pueden dar altas".
Finalmente, Madariaga ha destacado que el dolor "es un problema realmente de salud pública, complejo de tratar, complejo de asistir y complejo de llevar desde una manera asistencial".