Las 10 infecciones y enfermedades más frecuentes en verano y cómo prevenirlas
Otitis, cistitis, golpe de calor, picaduras de insectos... tomar unas precauciones elementales puede ayudarnos a pasar un mejor verano
Otitis, cistitis, golpe de calor... ciertas patologías son más frecuentes cuanto el calor aprieta y el verano cambia nuestros hábitos. Estas son las infecciones y enfermedades más frecuentes que tienes que conocer para poder prevenirlas y pasar un verano tranquilo.
En verano proliferan los insectos que pueden ocasionar desde síntomas leves, como una mínima reacción cutánea, hasta una anafilaxia, reacción alérgica muy grave que afecta a todo el organismo (en personas más sensibles) y puede, incluso, conducir a la muerte.
En la mayoría de los casos mordeduras y picaduras de insectos provocan ligera hinchazón en la zona afectada, enrojecimiento y picazón. Pero hay algunos animales cuya picadura puede causar serias complicaciones a cualquier persona.
Los insectos con los que tienes que tener especial cuidado son
- Mosquito tigre. Es una especie invasora que se ha extendido por el mundo en los últimos tiempos. En España se detectó por primera vez en el año 2004 y dese entonces no han dejado de aumentar sus colonias. Es más agresivo que el mosquito común y su picadura puede provocar enrojecimiento, hinchazón e incluso fiebre y conjuntivitis
- Mosca negra. A diferencia de la mosca común, la boca de estos insectos es de tal manera que cortan la piel. Puede provocar un gran dolor y otros síntomas como fiebre, náuseas o inflamación de los ganglios linfáticos
- Hormiga. En España se ha detectado recientemente una especie invasora, la hormiga roja o 'hormiga de fuego' llamada así por su picadura dolorosa. Es muy pequeña, apenas de 1 mm, pero produce una picadura muy ardiente. Normalmente no va a mas pero en personas alérgicas puede ocasionar serias reacciones.
- Avispas y abejas. Excepto a algunas personas que son alérgicas a su picadura y a las que pueden provocar una seria reacción, la picadura de avispas y abejas no suele ir más allá de enrojecimiento e inflamación de la zona
La mejor manera de evitar las reacciones alérgicas producidas por insectos es prevenirlas en la medida de lo posible. Hay medidas que se pueden tomar para prevenir, las picaduras, como evitar los lugares preferidos por los insectos tales como jardines u orillas de los ríos, sobre todo a última hora de la tarde cuando insectos como los mosquitos están más activos.
El mosquito tigre permanece cerca de su nido pero la mosca negra aunque ponga sus huevos cerca del agua corriente puede volar muy lejos así que, en su caso, no es suficiente esta precaución. Son más activas justo antes del amanecer o antes de la puesta de sol.
A algunos insectos les atrae la ropa de vivos colores como el amarillo fuerte, que es un color que debe evitarse en el campo. Tampoco es buena idea usar ropa negra que atrae a algunos como la mosca negra. Lo mejor es usar ropa de color blanco o de colores pálidos.
El uso de repelentes e insecticidas difusores también funciona. La colonia y los perfumes pueden atraerlos, sobre todo si contienen aromas florales.
En el caso de las hormigas hay que tener en cuenta que se ven atraídas por la comida, sobre todo dulce, por lo que hay que tener siempre una buena higiene y limpieza de lugares donde se manipula habitualmente comida. Una vez que aparece una hormiga, las demás van a seguir su rastro gracias a las feromonas que suelta, así que si ves una hormiga en tu casa pon remedio cuanto antes (en el mercado hay una gran variedad de insecticidas, también ecológicos), porque es muy posible que vengan más.
Es uno de los animales con lo que tenemos que tener cuidado este verano si vamos de vacaciones a zonas de playa. En nuestras costas hay varios tipos.
-Carabela portuguesa. En realidad no es una verdadera medusa sino una colonia de pólipos. Es un carnívoro. Tiene unos tentáculos venenosos con los que atapa y paraliza a peces y plancton. Su picadura produce picor, quemazón y un dolor muy intenso. Su veneno tiene consecuencias neurotóxicas, citotóxicas y cardiotóxicas. Suele encontrarse en el Atlántico aunque últimamente también en el Mediterráneo.
- Medusa de huevo frito. Es propia del Mediterráneo y su nombre popular viene de su forma. Aparece en grandes enjambres que pueden llegar a la costa. Sus picaduras son molestas pero no tienen efectos graves en el ser humano.
- Medusa luminiscente. Es frecuente, grande y peligrosa. Puede llegar a medir más de 20 cm. Provoca irritaciones, picor y escozor y puede producir heridas abiertas. Su veneno puede causar problemas respiratorios, cardiovasculares y dermatológicos. Lo mejor para prevenir las picaduras de medusas es no bañarse en zonas donde sean abundantes. En todo caso si vamos alguna una vez dentro del agua lo recomendable es salir y, en todo caso, evitar tocarlas. No se deben tocar incluso cuando aparecen muertas en la playa porque todavía contienen veneno. En caso de picadura hay que acudir, lo más rápidamente posible, al servicio de socorro de la playa.
Tomar el sol tiene múltiple ventajas, sobradamente conocidas, para la salud, tales como estimular las defensas o aportar al cuerpo Vitamina D. Pero hay que tomarlo con precaución y la protección adecuada porque de otra manera podemos terminar con quemaduras que pueden llegar a ser de segundo y tercer grado.
El primer síntoma, y el más leve, es la piel enrojecida pero, en los casos más graves, el sol puede levantar ampollas en la piel y producir heridas dolorosas. Prevenirlas es tan fácil como utilizar siempre una crema protectora adecuada a nuestra piel y que tenga un factor de protección mínimo de 30.
Hay que tener en cuenta que la aplicación de la crema nos permite aumentar el tiempo de exposición al sol pero es necesario volver a aplicarla cada cierto tiempo, según el factor de protección. En los días nublados también es necesaria.
En todo caso no que prolongar excesivamente la exposición al sol y evitar tomarlo en las horas centrales del día.
El sol no sólo puede producir quemaduras. Cuando las temperaturas son muy altas en verano y el cielo está muy despejado, estar demasiado tiempo bajo el sol puede producir insolación.
Los síntomas de una insolación son dolor de cabeza, sed, calambres musculares, sudoración. En un golpe de calor la piel está seca, caliente y enrojecida, se producen mareos, vómitos, dolor de cabeza fuerte, diarrea y se puede llegar a perder el conocimiento.
Para prevenir la insolación hay que evitar estar demasiado tiempo al sol y hacerlo con ropa adecuada, ligera y fresca, a ser posible de colores claros y tejidos orgánicos como el algodón y con sombrero o gorra que nos proteja. E hidratarse regularmente con agua.
El golpe de calor se produce cuando el cuerpo llega a una temperatura corporal demasiado alta y no puede refrescarse. Suele producirse al practicar deporte o un trabajo intenso continuado cuando la temperatura es muy elevada.
Para prevenir un golpe de calor hay que evitar realizar ejercicio fuerte en las horas de más calor del día, permanecer en lugares ventilados y frescos, vestir ropa fresca, consumir abundante agua y bebidas isotónicas, evitar las comidas copiosas de difícil digestión. Y prestar especial atención a niños y mayores porque sus cuerpos regulan peor la temperatura.
Los síntomas incluyen piel caliente, seca y enrojecida, pulso acelerado, respiración rápida, náuseas y vómitos y fiebre.
Hay que tener en cuenta que la insolación se produce por estar demasiado tiempo al sol pero un golpe de calor puede tener lugar también mientras se está a la sombra o, incluso, en un entorno cerrado, tras realizar un ejercicio intenso, por ejemplo.
Con los frecuentes baños en piscinas, ríos o en el mar, son frecuentes las otitis en verano. Se producen cuando el agua entra en el oído, lo que puede causar una infección si está contaminada con bacterias.
Las otitis pueden ser muy dolorosas y producir fiebre. Para evitarlas lo mejor es usar tapones en los oídos y, en todo caso, hay que secarlos cuidadosamente al salir del agua. Se recomienda también evitar estar demasiado tiempo en el agua.
Es la inflamación aguda de la vejiga urinaria. Puede producirse o no por una infección, aunque la más frecuente se origina por la infección con bacterias gram negativas como la Escherichia coli.
Los síntomas incluyen aumento en la frecuencia de las micciones, dolor intenso en la zona, ardor y dificultad al orinar, fiebre. En las personas mayores los síntomas pueden complicarse con mareos, confusión o debilidad.
Para prevenir la cistitis hay que beber mucho líquido y orinar con frecuencia y no permanecer con el bañador mojado demasiado tiempo.
Es una intoxicación alimentaria muy frecuente en verano. Una enfermedad infecciosa que se origina al ingerir bebidas o alimentos contaminados por enterobacterias del grupo Salmonella.
Los síntomas producen cefalea, náuseas, tos, escalofríos, diarrea o estreñimiento y fiebre que puede llegar a los 40º. Puede llegar a originar cuadros graves, sobre todo si no se trata la enfermedad.
Para prevenir lo mejor es lavarse a fondo las manos antes y después de manipular alimentos, sobre todo después de tocar huevos, carnes, pescados o mariscos crudos o poco cocidos y lavar bien los utensilios empleados en cocinar estos alimentos.
No se deben lavar los huevos, carne o mariscos antes de cocinarlos porque el lavado puede hacer que los microbios se propaguen a otros alimentos.
La enfermedad de la legionela, también conocida como enfermedad del legionario, se produce por contagio con esta bacteria, que se encuentra en acumulaciones de agua. Suele estar presente en torres de refrigeración, fuentes de agua, duchas, atomizadores u otros lugares con agua.
La infección se produce cuando se inhalan los aerosoles que contienen agua contaminada. Los síntomas incluyen fiebre, tos, dolores musculares, cansancio, pérdida de apetito. Puede producir neumonía.
La forma de prevenir esta infección es mantener una correcta higiene de cualquier depósito de agua. La legionela es muy vulnerable a altas dosis de cloro.
En verano son también más frecuentes las infecciones por hongos que crecen a sus anchas en entornos con calor y humedad. Candidiasis, Pitiriasis o tiñas son más habituales en esta época. Afectan sobre todo a la piel y uñas.
Para evitar contagio por hongos hay que procurar no ir descalzo en lugares como duchas, gimnasios, vestuarios o piscinas. También hay que secar muy bien la piel después de los baños y no compartir toallas, esponjas o peines con otras personas. Y es aconsejable evitar utilizar calzado de materiales sintéticos que provocan sudoración excesiva.
En todo caso, ante una sospecha de infección por hongos, así como de cualquier otra de las patologías que hemos descritos lo principal es acudir al médico.
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