Una persona insomne | EUROPA PRESS
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Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), el Imdea Alimentación y el Ciberesp han demostrado que una peor calidad del sueño supone un factor de riesgo frente al desarrollo de pérdida de audición, incrementando hasta en un 49% la probabilidad de desarrollar esta patología en el futuro.

Los autores del trabajo han analizado datos de más de 230.000 participantes del estudio UK Biobank, lo que les ha permitido realizar, según la UAM, el primer estudio en el mundo en determinar una asociación longitudinal entre la calidad del sueño y la pérdida de audición en adultos.

Los autores destacan la importancia de la investigación, apuntando que la pérdida de audición afecta a más de 1.500 millones de personas en el mundo, con un alto coste económico y social, y se asocia a múltiples condiciones de salud desfavorables, como la demencia, el síndrome de fragilidad, la depresión y la discapacidad.

Los resultados de la investigación muestran un “claro y robusto aumento” del riesgo de pérdida de audición en aquellas personas que tienen una peor calidad del sueño

DORMIR, PREVENIR

Y recalcan que, puesto que la pérdida de audición no tiene cura y actualmente sólo hay tratamientos “con eficacia limitada”, es un reto para la comunidad científica encontrar factores que prevengan la pérdida de audición.

En el trabajo, cuyas conclusiones han sido publicadas en la revista internacional 'Ear and Hearing', se analizaron diferentes aspectos de la mala calidad del sueño, caracterizada por presentar ronquidos nocturnos, somnolencia diurna, insomnio, dificultad para levantarse por la mañana y un cronotipo nocturno, y cómo éstos impactan sobre el riesgo de padecer pérdida de audición.

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Los resultados de la investigación muestran un “claro y robusto aumento” del riesgo de pérdida de audición en aquellas personas que tienen una peor calidad del sueño, revelando que una “pobre calidad del sueño” aumenta hasta en un 49% la probabilidad de desarrollar una pérdida de audición en el futuro.

En este sentido, los autores abundan que no dormir las horas “adecuadas” durante la noche potenciaría el riesgo de pérdida de audición en aquellas personas con una peor calidad del sueño.