Hay consenso en general al señalar que el mundo que viene, al menos durante los próximos años, será distinto al que conocíamos antes de la crisis sanitaria del coronavirus. Se nota con las iniciativas que se están poniendo en marcha y otras propuestas que están en estudio, todas ellas encaminadas a evitar contagios. En unos días en los que los gobierno se plantean fases para recuperar la normalidad, queremos echar un vistazo a las propuestas que están sobre la mesa para que el fin del confinamiento no suponga un aumento de casos de Covid-19.
Está sorprendiendo estos días en Italia, el país más castigado por el coronavirus en Europa junto a España, varias propuestas para la vuelta a la normalidad. Una de ellas viene de la empresa Nuovaneon, que ha mostrado los cubículos de plástico que ha fabricado para evitar el contagio del corinavirus en restaurantes y oficinas.
También de la misma empresa hay una propuesta para que la gente pueda ir a la playa este verano. Sugiere crear espacios cerrados con mamparas de 4,5x4,5 metros para que pudieran entrar dos o tres personas, separadas de otros visitantes gracias a esas paredes de plástico. Una propuesta que parece una locura, pero que está sobre la mesa. El Gobierno italiano, que no confirma si está estudiando esta idea, sí tranquiliza a los italianos señalando que este verano "iremos al mar; estamos trabajando para que sea así".
Lo que sí está claro es que el uso de mascarillas será una norma a partir de ahora cuando haya que salir a la calle. Y con la obligación, también surge la moda. Un ejemplo es este combo de fotos de ciudadanos de Génova usando diferentes tipos de máscaras protectoras durante la pandemia de coronavirus.
Lo mismo ocurre con los equipos de desinfección para limpiar vehículos y oficinas. Ya los vemos ahora en plena crisis, pero no desaparecerán cuando acabe el confinamiento.
Más lejos, en Honk Kong, vemos que los brazaletes de seguimiento cada vez se hacen más presentes en la sociedad. Por ejemplo, cada viajero que usa el avión para llegar al país tiene que llevar un brazalete que monitorea la cuarentena obligatoria de 14 días de "quedarse en casa" después de su llegada. Ahora que muchos visitantes han acudido a la Exposición Mundial de Asia, se está viendo el brazalete en sus muñecas.
En China también existe este tipo de monitorización, por ejemplo, para entrar en los comercios, ya sea con brazaletes o apps que recogen el historial sanitario de cada persona y si han cumplido la cuarentena exigida.
Otra medida que se está extendiendo con el paso de las semanas que la instalación de marcas o letreros que anuncian las distancias mínimas de seguridad para evitar contagios. En Madrid las hemos visto ya en supermercaos, por ejemplo, y desde esta semana, se están instalando en el metro madrileño para que los viajeros respeten la distancia de dos metros entre sí.
También en Madrid vemos cómo en supermercados o farmacias se han instalado láminas protectoras de cristal o plástico para proteger a los dependientes en su contacto con los clientes que acudan a la tienda. Son protectores que podrán permanecer en el tiempo.