Un Metropolitano distante

  • La eliminación de la Copa supuso una gran decepción para la hinchada
Oblak
Oblak |EFE

Distante. Así ser mostró el estadio Metropolitano en el partido ante el Betis, tres días después del fiasco del Atlético de Madrid en San Mamés ante el Athletic.

Ante el equipo andaluz, los rojiblancos lograron un triunfo balsámico (2-1) y Morata volvió a marcar, ocho partidos después, tal y como había previsto Simeone en la víspera.

La derrota en Bilbao y la consiguiente eliminación de la Copa supuso una gran decepción para la hinchada, que aún no ha digerido el fracaso.

2-1. El Atlético de Madrid recupera la sonrisa aunque sufre para vencer al Betis
2-1. El Atlético de Madrid recupera la sonrisa aunque sufre para vencer al Betis
2-1. El Atlético de Madrid recupera la sonrisa aunque sufre para vencer al Betis

2-1. El Atlético de Madrid recupera la sonrisa aunque sufre para vencer al Betis

Lo demostró ante el Betis. Bajo un intenso frío, el Metropolitano (con 61.901 espectadores) pareció, por momentos, como sedado. No hubo pitos alarmantes a sus futbolistas, pero sí indiferencia.

Ni siquiera el tempranero tanto de Pezzella en propia meta (minuto 8), levantó el ánimo. En el césped, el Atlético estaba cómodo. El Betis ayudaba a ello. Indolentes y sin intensidad, los béticos parecían fuera del partido, mientras los locales generaban ocasiones.

Las fallaba Memphis y también Morata, que dispuso de un penalti para el 2-0 cerca de la media hora. Repelió el balón Rui Silva en dos ocasiones y Morata erró de nuevo en los dos rechaces.

Reyerta entre ultras del Atlético de Madrid y Betis
Reyerta entre ultras del Atlético de Madrid y Betis
Reyerta entre ultras del Atlético de Madrid y Betis

Reyerta entre ultras del Atlético de Madrid y Betis

La grada no se perturbó. Sí Morata, que pareció desesperado en los minutos posteriores. Hasta que encontró el gol.

Al filo del descanso, metió el balón en la red rival, de cabeza, tras otro despeje del cancerbero verdiblanco, tras un disparo de Rodrigo de Paul. La vigésima diana del delantero en este curso. 2-0 y a la caseta.

Tras el descanso el panorama parecía el mismo hasta que William Carvalho se sacó de la manga un golazo. Un disparo desde unos 30 metros terminó en la red de Oblak. Minuto 62 y 2-1.

Sin querer, el Betis se dio cuenta de que podía rascar algo. Guido Rodríguez envió al palo un balón después de un paradón de Oblak y se escucharon los primeros silbidos.

Jugaba el Betis en campo contrario y los nervios afloraron en los locales. También en Simeone, que ya se ocupó de guardar la renta y pobló la defensa de centrales. En los minutos finales irrumpió el pánico. Hasta el pitido final.

Los tres puntos se quedaron en casa, pero el Atlético atraviesa el gran bache del curso. El equipo está con la batería muy agotada y el matrimonio con la grada en la nevera.