El último adiós y homenaje público a Alfredo di Stéfano en el Bernabéu

  • Este miércoles será enterrado en la intimidad en el cementerio de la Almudena
  • El Rey destaca la figura de Di Stéfano, "un grande entre los grandes"

Miles de personas, de las que varios centenares hicieron una larga cola en los alrededores del estadio Santiago Bernabéu a la espera de que se abriera la capilla ardiente a las 10:40, han brindado ya este martes su último adiós a Alfredo di Stéfano, legendario jugador del Real Madrid fallecido ayer lunes a los 88 años.

La relevancia y la huella que Alfredo Di Stéfano ha tenido en el Real Madrid se está notando con la gran expectación y respeto que su muerte ha generado en la familia blanca desde primera hora de la mañana.

Antes de que se abrieran las puertas del palco de honor del Santiago Bernabéu a las 10:40 horas, varios cientos de personas ya aguardaban impacientes para brindar su despedida a di Stéfano, un jugador que marcó al madridismo por su carácter, su garra y su trayectoria deportiva plagada de éxitos con la camiseta blanca.

El primero en llegar al estadio fue el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, que fue ejerciendo de anfitrión con todos las personalidades que fueron acudiendo e incluso se fotografió con algunos aficionados que se lo pidieron. Junto a Pérez estuvo también ejerciendo de anfitrión en todo momento Emilio Butragueño, exfutbolista y actual director de Relaciones Institucionales del club.

De los primeros en llegar, antes de las once de la mañana, fueron la delegada del Gobierno en Madrid Cristina Cifuentes, el entrenador de fútbol José Antonio Camacho, el exsecretario de Estado para el Deporte Jaime Lissavetzky y el presidente del Comité Olímpico Español (COE) Alejandro Blanco.

Todos ellos dieron un emocionado pésame a la familia de Di Stéfano y compartieron unos minutos con los más allegados a 'La Saeta rubia', cuyos restos en el féretro tapado están cubiertos con una gran bandera blanca en una sala en la que lucen dos fotografías de gran tamaño, una reciente y otra antigua, junto a las cinco Copas de Europa logradas en su etapa de jugador.

Emocionante fue el momento del último adiós para el actual jugador madridista Dani Carvajal, que el 12 de mayo de 2004 colocó junto a Di Stéfano la primera piedra de la Ciudad Deportiva de Valdebebas.

Poco después de marcharse Carvajal hicieron acto de presencia Sergio Ramos y el capitán Iker Casillas, que aparcó sus vacaciones para acercarse al estadio Santiago Bernabéu y despedirse de un hombre que, según dijo, "todo de él recuerda al Real Madrid".

Según pasaban los minutos, siguieron desfilando por la capilla ardiente personalidades del mundo del deporte como los exfutbolistas Iván Helguera y Pirri o el actual presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) Luis Rubiales.

José Ignacio Wert, ministro de Educación, Cultura y Deporte, llegó al estadio a las 11:25 y, tras dar el pésame a la familia madridista por la pérdida del mito blanco, declaró ante la prensa que Di Stéfano ha sido "el futbolista más grande que se ha conocido".

En la misma línea se mostró la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, que destacó que Di Stéfano "llevó el nombre de la ciudad por el mundo" y avanzó que en uno de los próximos plenos municipales propondrá dedicar un espacio público en Madrid a 'La Saeta rubia'.

Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid, ha calificado al fallecido Alfredo Di Stéfano como el futbolista "más importante de la historia" y ha apuntado que con su muerte "se va el más grande de todos".

A las 13 horas llegaron al estadio madridista Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid; Gabi, capitán del primer equipo, y José Luis Pérez Caminero, director deportivo del club. Los tres fueron recibidos por Florentino Pérez y departieron durante unos minutos con los familiares de Di Stéfano.

"He venido a dar testimonio de gratitud y admiración a la personalidad extraordinaria de Alfredo Di Stéfano. A su familia personal y a la deportiva que es el Real Madrid. Ha sido, para mí, el más importante de la historia del fútbol", ha comentado Aguirre tras salir de la capilla ardiente instalada en el Santiago Bernabéu.

Todas estas personalidades se mezclaron en el palco de honor del Santiago Bernabéu con los numerosos aficionados que desde que se abrió la capilla no pararon de entrar, formándose durante algunos momentos filas realmente largas a las afueras del estadio.

Emilio Butragueño agradeció pocos minutos antes de las dos de la tarde las muestras de cariño de la familia madridista hacía Di Stéfano y declaró que su "gratitud hacía él será eterna".

Algunos compañeros de vestuario en el Real Madrid como Amancio Amaro o José Emilio Santamaria se mostraron emocionados al recordar la figura de Alfredo di Stéfano, destacando ambos la "generosidad" que transmitía.

Pasadas las dos de la tarde, el secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal, acudió a mostrar su pésame a la familia de parte de "todo el deporte español" y aseguró que Alfredo di Stéfano fue "un jugador de leyenda, irrepetible y el mejor de la historia".

EL REY: UN GRANDE ENTRE LOS GRANDES

Por su parte, el Rey Felipe VI ha destacado la figura de Alfredo Di Stéfano, fallecido este lunes en Madrid a los 88 años de edad, y ha reconocido que se ha ido "un grande entre los grandes", una "figura irrepetible" que hizo del fútbol "un arte".

"Quiero transmitir el pésame a su familia, a toda la familia madridista, a la afición, al club y a todo el fútbol español. Hoy le lloramos todos. Se trata de una figura irrepetible, única en el mundo", ha indicado el monarca, que llegó al Santiago Bernabéu, donde está instalada la capilla ardiente, en torno a las 20.00 horas y fue recibido por el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez.

El Rey ha subrayado que Di Stéfano fue "una personalidad extraordinaria". "Hizo del fútbol un arte. Lo sentimos todos muchísimo. Mantendremos siempre nuestra admiración y gratitud", ha indicado Felipe VI, que compartió unos minutos con la familia del fallecido.

Entre tanto, el goteo de aficionados madridistas y admiradores de Alfredo di Stéfano siguió sin cesar hasta las 21 horas en que se cerró la capilla ardiente.