La activista estadounidense Angela Davis aboga por un feminismo tan abierto e inclusivo como sea posible porque es un movimiento que ha de luchar no sólo contra la opresión del género, sino contra el fascismo, el racismo y la explotación material.
"El feminismo no es sólo una estrategia para superar la opresión de género, también el fascismo, el racismo y el materialismo", ha explicado la profesora de la Universidad de California en una rueda de prensa celebrada esta semana en Madrid.
Ni clase, ni raza, ni orientación sexual han de limitar el feminismo, porque "la categoría de mujer no es unitaria" y los fines que persigue el movimiento son la igualdad y la justicia de todos: "Cuando uno evoca el feminismo es importante ser tan amplio y espacioso como sea posible".
El objetivo es "defender el interés de todas" en un mundo en el que la violencia de género es "la forma más pandémica de violencia".
Dirigente histórica del Partido Comunista de Estados Unidos con una intensa actividad en el campo de la batalla contra el racismo, Davis ha destacado que las mujeres negras y latinas han estado a la vanguardia de la lucha feminista y que en los últimos años las personas transexuales han elevado la comprensión de lo que aún falta para que haya justicia.
"Es importante señalar que las mujeres negras y latinas han reclamado un feminismo más holístico e integrador, que es el que necesitamos hoy", ha subrayado para insistir en que hay que "desafiar la idea del feminismo blanco".
Ha incidido en que durante mucho tiempo el feminismo ha estado centrado en la problemática de la mujer blanca, sin mirar los problemas de mujeres de otras razas, pobres e inmigrantes.
"¿Cómo levantarse y defender la justicia para unos y dejar que la injusticia afecte a otros?".
Davis, que estuvo relacionada con las Panteras Negras, es consciente de que hay feministas racistas, si bien considera "una contradicción" que exista un feminismo que no sea antirracista y solidario con "quienes están atrapados en la pobreza por culpa del capitalismo global".
Preocupada por la reemergencia del fascismo en Estados Unidos, Sudamérica y Europa, ha recalcado que el movimiento de mujeres ha constituido la "principal respuesta a la administración de Trump".
"Sin duda la presencia de alguien como Trump ha sido un estímulo" para que haya dirigentes que defiendan el fascismo, la homofobia, el racismo y los ataques a las mujeres.
Aunque ha instado a permanecer "muy serios" ante estos fenómenos "devastadores" que no se pueden subestimar, ha añadido que también percibe una emergencia en Estados Unidos de la izquierda.
"El racismo se ha vuelto más violento y explícito (...) pero al mismo tiempo hay una mayor conciencia del racismo, probablemente la mayor de toda la historia", ha valorado Davis, que mañana impartirá la conferencia "El feminismo será antirracista o no será" en el marco del ciclo "Mujeres contra la impunidad" de La Casa Encendida.
Muy crítica con un capitalismo global "herencia del colonialismo", Davis está convencida de que los principales problemas de los derechos civiles de nuestro tiempo "emanan de la lucha de migrantes y refugiados".
"No podemos asumir que las decisiones de los migrantes sean individuales, son el resultado del capitalismo y el colonialismo, por eso es tan importante que generemos apoyo en todo el mundo para todos aquellos que son expulsados de sus tierras natales", ha destacado.