El Museo del Traje inaugura este martes la exposición Tino Casal, el arte por exceso, un homenaje a este artista asturiano (Celestino Casal, Tino / Tudela-Veguín, Asturias, 1950-Madrid, 1991), estrella del pop español en los 80, cuando se cumplen 25 años de su muerte.
Tino Casal, el arte por exceso muestra una pequeña parte del extenso legado de este artista que fue cantante, productor musical, diseñador de accesorios y vestuario, estilista, decorador y escenógrafo, pintor y escultor. Además, Tino Casal fue un creador generoso, que colaboró desinteresadamente con músicos, cineastas, fotógrafos y diseñadores, y se convirtió en uno de los iconos de eso que se llamó la 'Movida madrileña'.
Comisariada por Juan Gutiérrez y Rodrigo de la Fuente, la exposición destaca un aspecto de este polifacético artista que seguramente se ha valorado poco: su fastuoso atuendo. En un tiempo en el que muchos participaron de la mascarada como parte inseparable de la cultura de transición, Casal llevó el reto hasta sus últimas consecuencias.
En la muestra podrán verse cerca de 200 piezas, compuestas por unos 50 conjuntos, complementos, portadas de discos, fotografías y obras de arte realizados por el propio Casal, procedentes en su mayoría de préstamos de su familia, junto con objetos de las colecciones del Museo del Traje y la Biblioteca Nacional, y de prestadores vinculados de un modo u otro, a la figura del artista, incluidos Julián Ruiz, Paco Clavel, Francis Montesinos, Antonio Alvarado o Fortu Sánchez.
El recorrido se complementa con obras de artistas fundamentales en la carrera de Casal, como Costus, Fabio MacNamara, Pablo Pérez-Mínguez o Miguel Trillo, indumentaria de diseñadores claves en la estética del artista, y diferentes puntos de escucha musical y audiovisuales con programas de televisión y videoclips.
Esta exposición destaca un aspecto de este polifacético artista que seguramente se ha valorado poco: su fastuoso atuendo. En un tiempo en el que muchos participaron de la mascarada como parte inseparable de la cultura de transición, Casal llevó el reto hasta sus últimas consecuencias.
Durante los años 80, además de producirse un incremento exponencial de las firmas de diseño prêt-à-porter, la moda sufrió un proceso de expansión que la llevó a invadir distintas esferas de la sociedad, tanto de las artes como de otras producciones culturales e industriales.
La figura de Tino Casal ejemplifica bien esa amplificación de la importancia de la imagen, encontrándonos en su caso con un compendio de influencias que ilustra los flujos culturales de la posmodernidad.