El Atlético de Madridcompletó por sexto curso seguido su objetivo ineludible del pase a la Liga de Campeones con una victoria de pegada contra el Levante, doblegado por los goles de Ángel Correa, Antoine GriezmannyFernando Torres, por el buen partido de Vitolo y por la practicidad del bloque rojiblanco.
Aunque hoy entrar en la 'Champions' parece un desafío mínimo, que se da ya casi por hecho en los pronósticos y más aún con el avance de cada temporada, no lo era hace menos de una década, cuando más que una norma, como es ahora, era una excepción. Desde 1998 a 2012, por ejemplo, el Atlético sólo disputó dos veces el máximo torneo.
SIN RIVAL
Desde 2012-13, cuando finalizó tercero en la Liga, no ha fallado ni una sola vez en esa meta prioritaria que marca el club año tras año. Ya lo ha asegurado también este curso, por sexta temporada consecutiva y además con seis jornadas de antelación, mientras reafirma su segunda plaza y agranda su racha en casa: diez triunfos.
El Levante no fue el rival que suele encontrarse el bloque local últimamente en el Wanda Metropolitano. No renunció a atacar, con salidas verticales y sin rehuir el balón para proponer en el campo contrario, por momentos intentó una presión alta y fue intenso, sin descuidar su contundencia y rigor en la retaguardia.
Sólo le dio para media hora con 0-0, mientras mantuvo todas esas cualidades asociadas, limitando al Atlético a una posesión casi intranscendente, sólo alterada por el juego entre líneas de Griezmann o los detalles de un notable Vitolo, del que surgió el 1-0 en una acción en diagonal que desbordó a la zaga visitante.
CORREA ABRIO LA LATA
En cuanto observó el hueco se la entregó a Correa, que no había dado una en todo el primer tramo, salvo el único tiro hasta entonces -luego creció y asistió en el 3-0-, pero que se revolvió con agilidad en el área para conectar un derechazo que batió a Oier. Dos ocasiones y un gol para remover un choque competido con el 0-0.
Porque el conjunto valenciano siempre plantó cara, con alguna aparición por el área contraria, sin rematador certero, como el cabezazo que peinó Roger o unas cuantas contras; y merodeó con cierta asiduidad por los alrededores de Oblak, pero al que apenas exigió lanzarse al suelo, en cualquier caso, en una sola ocasión.
Un partido que ya se ha visto muchas veces en el Atlético, que controla esas situaciones con más soltura de la que aparenta desde fuera y que, encima, se siente mucho mejor cuando contraataca. Lo hizo una vez antes del descanso, con un pase de Lucas a la carrera de Griezmann, que controló un pelín largo y que terminó en el suelo en una acción que pareció penalti. No lo fue para el árbitro, que amonestó al francés.
GOLAZO DE GRIEZMANN
No dio más margen a las dudas el Atlético en el segundo tiempo, con el decimoctavo gol en sus últimos dieciocho partidos de Griezmann, una preciosa volea que culminó una bonita
jugada, desde la visión de Koke, hoy por el medio, en el envío hacia la banda y el centro de primeras de Sime Vrsaljko hasta el golazo: el 2-0 (m. 49).
El último servicio del partido del internacional francés, aclamado por el público cuando fue reemplazado un rato después por Fernando Torres, cuya entrada subió mucho más los decibelios con media hora por jugar. Aún más atronadora fue la celebración cuando una volea suya supuso el 3-0 y su gol cien en Primera. Otra marca sobresaliente en la cuenta atrás del '9' con el equipo de su vida.