Thomas Cook entra en suspensión de pagos y cesa sus operaciones

  • La compañía emplea a 22.000 personas y ha dejado en tierra a miles de turistas británicos, muchos de ellos en España.
Thomas Cook
Thomas Cook

El grupo de viajes Thomas Cook, con 178 años de historia, entró en suspensión de pagos tras haber fracasado las negociaciones de emergencia con su principal accionista y acreedores a fin de encontrar un rescate, confirmó este lunes la Autoridad de Aviación Civil (CAA).

La compañía, que emplea a 22.000 personas -9.000 en el Reino Unido- "ha cesado sus operaciones con efecto inmediato", según indicó el regulador en un comunicado, y tiene actualmente a 150.000 turistas de ese país de vacaciones en el extranjero, a falta de ser repatriados.

El Gobierno español convocará en los próximos días una reunión con las comunidades autónomas y los negocios hoteleros más afectados por la quiebra de Thomas Cook, con el fin de estudiar medidas para “paliar el impacto tan negativo que va a tener en nuestro mercado turístico” la cancelación de operaciones del gigante británico, según aseguró este lunes la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, en el marco del 'Fórum Europa'.

Entre 25.000 y 30.000 turistas están afectados en Canarias por la quiebra de Thomas Cook, el segundo operador más importante de las Islas, según ha dicho este lunes en la Ser el presidente de la patronal hotelera de Las Palmas, la FEHT, José María Mañaricúa.

Repatriación de turistas sin parangón desde la IIGM

La empresa no ha podido asegurar los 200 millones de libras (unos 227 millones de euros) que necesitaba como fondos extra para poder garantizar su supervivencia tras una jornada completa de reuniones cruciales mantenidas en Londres. "Todas las reservas del Grupo Thomas Cook, que incluyen los vuelos y las vacaciones, han sido canceladas", apuntó la CAA en la nota.

El Gobierno ha dispuesto que se inicie un programa de repatriación durante las próximas dos semanas, que comenzará ahora y durará hasta el próximo 6 de octubre a fin de devolver a los turistas de este país al Reino Unido.

"Debido al número sin precedentes de clientes británicos que actualmente se encuentran de vacaciones y que han resultado afectados por la situación, la CAA ha asegurado una flota de aviones de todo el mundo para traer a los pasajeros de vuelta al Reino Unido", señaló la CAA en la nota.

Algunos de los pasajeros que se encuentran en "un pequeño número de destinos" podrían tener que tomar vuelos comerciales alternativos a los del programa implementado por la Autoridad de Aviación Civil.También se advierte de que a causa de la "significativa magnitud de la situación" será "inevitable" que se produzcan algunas "alteraciones" y se pide a los clientes británicos en el extranjero que no viajen a los aeropuertos hasta tener sus vuelos de regreso al Reino Unido confirmados. "Los clientes de Thomas Cook en el Reino Unido que tienen que viajar no deberían ir al aeropuerto pues todos los vuelos hacia el Reino Unido han sido cancelados", alertó la CAA.

"La tarea es enorme, se trata de la mayor operación de repatriación en la historia británica"

Por su parte, el ministro de Transporte británico, Grant Shapps, anunció que el Ejecutivo y la CAA dispondrán "docenas" de vuelos chárter para trasladar de manera gratuita a casa a los clientes afectados.Ese titular, que consideró que el colapso del operador es una "noticia muy triste para los empleados y los turistas", dijo que el Ejecutivo también cubrirá los costes de alojamiento de los clientes que disfrutaban de paquetes vacacionales.

"Pero la tarea es enorme, se trata de la mayor operación de repatriación en la historia británica (desde la II Guerra Mundial)", apuntó Shapps, que alertó asimismo de que habrá "problemas y retrasos".Thomas Cook, que opera en 16 países, cuenta con 105 aviones y posee 200 hoteles y complejos hoteleros con su marca, según su web, había previsto sellar esta semana un paquete de rescate con el conglomerado chino Fosun, estimado en 900 millones de libras (1.023 millones de euros). No obstante, fue retrasado por la exigencia de los bancos -como el RBS y el Lloyds- de contar con nuevas reservas de cara al invierno, que la firma no ha sido capaz de lograr.