La Policía Nacional ha detenido a un grupo criminal que simulaba ser una falsa agencia inmobiliaria en Madrid desde donde "alquilaban" pisos a sus más de 40 víctimas sin que los propietarios reales tuvieran conocimiento de ello y centraban sus objetivos en los extranjeros.
En la operación han sido detenidas ocho personas, acusadas de obtener de forma ilícita más de 50.000 euros de sus víctimas, según ha informado la Jefatura Superior de Policía.
Este grupo alquiló un local en el distrito de Puente de Vallecas donde captaban a sus víctimas y les enseñaban los pisos disponibles para arrendar utilizando fotografías que obtenían de portales de Internet donde se publicitaban inmuebles en alquiler.
'Pisos bomba'
Entre sus servicios también se encontraba lo que denominaban "pisos bomba", inmuebles que alquilaban utilizando nóminas falsas que posteriormente enseñaban y realquilaban a sus víctimas por el abono de una renta que nunca recibiría su legítimo propietario.
La Policía considera que este grupo inició su actividad delictiva aprovechando las dificultades actuales que presenta el mercado de alquiler de inmuebles. En el primer local en Puente de Vallecas permanecieron durante tres meses. Posteriormente se trasladaron a un segundo local en el distrito madrileño de Centro para continuar con sus engaños.
Engaño a conciencia
Para su actividad criminal el grupo llegó a crear un espacio de trabajo con mesas y ordenadores llegando incluso a emplear el nombre y los logotipos de una inmobiliaria conocida para generar más confianza en sus potenciales víctimas.
Los ocho integrantes del grupo como si se tratara de una agencia real tenían determinado el papel a desarrollar en el falso negocio, de esta manera algunos de sus miembros realizaban gestiones administrativas o captación de clientes y el resto ejercía labores comerciales o recaudación de los pagos. Contaban con instrucciones precisas de captación de clientes siendo los ciudadanos extranjeros su principal objetivo.
Cobraban la fianza y un mes de alquiler
Para ello, les ofrecían facilidades para el alquiler de los pisos ya que estos podían no contar con una estancia regulada o no tener contrato de trabajo que les facilitara nóminas, requisitos que pueden ser requeridos en otras agencias para optar a los pisos.
La falsa agencia solicitaba a los inquilinos el pago de reserva del inmueble, fianza y un mes de alquiler por adelantado, no pudiendo llevarse a cabo ninguno de los alquileres ni la devolución del dinero aportado.
Con el inicio de las investigaciones policiales el grupo abandonó apresuradamente este establecimiento y tras la recopilación de documentación y material informático, se procedió a la identificación de sus miembros, que fueron detenidos como presuntos autores de un delito de estafa y de pertenencia a grupo criminal.
Sin embargo, uno de los detenidos abandonó la ciudad al sentirse investigado y cuando regresó a Madrid a visitar a un familiar fue arrestado por los agentes.
