En las calles de Mataelpino no corren toros, ni hacen falta talanqueras. Se sueltan calle abajo bolos gigantes.
Y es que pesa 150 kiles y mide casi 3 metros de diámetro. La agilidad y la velocidad son cualidades imprescindibles para que no te alcance.
Al igual que en los encierros taurinos. Los más pequeños también corren en esta fiesta.
Como si fueran pokemon los pequeños corren para no ser cazados por este pokebol. Aunque algunos no se atrevieron a saltar al ruedo.
Las medidas de seguridad son como en un encierro normal. Aunque alguno fue atropellado.
El baoencierro se ha convertido en una tradición única en el pueblo y que atrae cada años a decenas de turistas.