Operación en la Cañada Real: usaban a niños como vigilantes y para ocultar las drogas

  • Los agentes han incautado más de 300 gramos de heroína, 200 gramos de cocaína, dos plantaciones de marihuana con cerca de 1.000 plantas y 62.000 gramos de marihuana en cogollos

La Guardia Civil, en el marco de la operación Pastor, ha logrado desmantelar un grupo delictivo asentado en Madrid capital y en la Cañada Real Galiana. Los 21 detenidos se dedicaban al tráfico de sustancias estupefacientes, principalmente heroína. Se les imputan los delitos de tráfico de drogas, pertenencia a grupo criminal, tenencia ilícita de armas, elaboración y cultivo de marihuana y defraudación de fluido eléctrico.

La Guardia Civil ha llevado a cabo de manera simultánea 18 entradas y registros en las viviendas. Los agentes han incautado más de 300 gramos de heroína, 200 gramos de cocaína, dos plantaciones de marihuana con cerca de 1.000 plantas, 62.000 gramos de marihuana en cogollos, cuatro armas cortas, una escopeta, dinero en efectivo y nueve vehículos de alta gama.

Se han desmantelado once puntos de venta y consumo de sustancias estupefacientes. El dispositivo ha estado compuesto por agentes de la UFECIC de la Guardia Civil y agentes de la Comisaría Central de Seguridad de Policía Municipal de Madrid, junto con técnicos de Disciplina Urbanística de la Junta Municipal de Villa de Vallecas. Hasta 23 construcciones han sido demolidas.

El origen de la investigación se remonta a principios de este año, tras detectarse un aumento de personas que acudían a la Cañada Real.

Estos datos llevaron a la Guardia Civil a establecer dispositivos de vigilancia, que les han permitido identificar a los miembros de tres clanes distintos, asentados todos ellos en la Cañada Real. Estos grupos no solo se dedicaban a la distribución de todo tipo de sustancias estupefacientes, sino que incluso tenían plantaciones de marihuana distribuidas en varias viviendas.

Niños como sistema de alarma y ocultación droga

La investigación se ha visto dificultada por las extremas medidas de seguridad que tomaban los miembros del grupo. Estas personas cambiaban de manera habitual de terminales telefónicos, realizando viajes a ningún sitio en vehículo. También utilizaban a los niños y mujeres de la Cañada para vigilar los accesos cuando realizaban alguna transacción importante, alertando de la presencia policial a los investigados, así como para la ocultación de la droga.

Tras horas de investigación, los agentes lograron identificar a todos y cada uno de los miembros del grupo, con una férrea estructura liderada por un matrimonio. Sus dos hijos estaban en el escalón inferior y juntos se encargaban de abastecer de la heroína a los traficantes de la Cañada.

Los investigadores han logrado detener al suministrador, un conocido de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, así como a los colaboradores que le ayudaban en las tareas de transporte e introducción de las sustancia estupefacientes en la Cañada Real Galiana.

Habitaciones habilitadas para el consumo

El entramado contaba con siete viviendas desde las que distribuían la droga, tenían las plantaciones y donde incluso se habían habilitado habitaciones específicas para que sus clientes pudieran consumir en el interior.

Algunas de las viviendas eran facilitadas por los cabecillas del grupo, a cambio de que vendieran la droga o se encargaran del cuidado y la vigilancia de las plantaciones