Todas las unidades de la Policía Municipal de Madrid contarán a partir de octubre con unos 175 dispositivos electrónicos de control, táser, han informado fuentes municipales. Corresponde al primer pedido de las anunciadas por el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, y el resto llegará el próximo año.
Los dispositivos llevan también una cámara de grabación para garantizar el correcto uso. Además, los policías que portan los Dispositivos Electrónicos de Control (DEC) disponen de la correspondiente habilitación y certificaciones oficiales que les habilita para portarlos y, en su caso, utilizarlos.
Tal y como ha avanzado El Mundo, esta autorización ha sido expedida por el recién creado departamento de Formación en Dispositivos Electrónicos de Control del Centro Integral de Formación en Seguridad y Emergencias (CIFSE) del Ayuntamiento de Madrid.
En octubre del 2019 se llevó a cabo el proceso de adquisición de los cuatro primeros dispositivos, junto con cuatro cámaras corporales, con las que se está realizando la formación de la plantilla. El ayuntamiento destinará unos 2.000 euros por equipo. Cada uno incluye el dispositivo y una cámara para registrar cualquier intervención, y los equipos se instalarán en los vehículos policiales.
La incorporación como dotación personal de estos dispositivos permitirá abordar situaciones operativas en las que "se deba hacer uso de la fuerza sin emplear armas de fuego, ofreciendo una alternativa moderada en situaciones de crisis al constituir esta herramienta un sistema técnico incapacitante".
La utilización de este dispositivo lo deberán llevar a cabo los agentes bajo los habituales principios de proporcionalidad, congruencia y oportunidad, y tras un periodo de formación y una capacitación específica de los policías.
Estos dispositivos emplean alto voltaje y baja intensidad que provocan, al usarse, que los músculos de quien reciba la descarga se contraigan involuntariamente mediante una parálisis temporal. Esto permite que la detención del individuo se realice de una manera segura (no solo para el agente, sino también para el detenido y terceras personas).
Los modelos más habituales, como los de la marca Taser, lanzan dos dardos unidos al arma mediante cable, de tal manera que al alcanzar el cuerpo se transmite la carga que provoca la parálisis temporal del sujeto. Estos dispositivos son utilizados en países como Alemania, Reino Unido, Canadá, EEUU o Noruega.
Organismos internacionales de los que España forma parte (como Naciones Unidas) "recomiendan su uso frente a las armas letales", lo mismo que otros organismos internacionales de apoyo a los derechos humanos en determinadas circunstancias y bajo determinadas premisas.