Si hay algo que caracteriza al cocido madrileño es su garbanzo. Agricultores y alcaldes de la zona oeste de Madrid, Brunete, Quijorna, Sevilla la nueva y Villamantilla buscan recuperar el cultivo de esta legumbre, autoctona de nuestra zona. Para ello han creado la asociación "garbancera madrileña" con el objetivo de crear una marca de calidad distintiva.
El garbanzo madrileño es único, exquisito y cada vez más escaso. Por eso los pueblos de la zona oeste de Madrid han fundado "la garbancera madrileña", una asociación que fomenta su cultivo. Una veintena de agricultores y 14 municipios quieren rescatar esta variedad autóctona.
Siembran una variedad mejorada por el Instituto madrileño de investigación y desarrollo agrario: más pequeño que el castellano, más amarillento que el lechoso y más rugoso que el pedrosillano. El objetivo es obtener una denominación de origen con sello de calidad.