El Álamo celebra su tradicional feria medieval, que este año se extiende para abarcar tres épocas distintas, y esta vez incluye como novedad un auténtico circo romano.
Los Reyes Católicos Fernando de Aragón e Isabel de Castilla han sellado el amor de Elia y Juan Carlos, que irán de la mano en una boda al estilo medieval en la plaza del pueblo, con invitados vestidos de época... y una lista de espera de un año.
Los primeros días de cada mes de mayo, cada año dos concejales distintos del Ayuntamiento de El Álamo, ataviados con ropas medievales para la ocasión, pueden llegar a oficiar hasta cinco bodas de estas características enmarcadas en el mercado del medievo que se organiza desde hace veinte años en El Álamo.
Este año, el único casamiento que se celebrará será el de Elia y Juan Carlos, que se darán el 'sí quiero' en la plaza, en medio de todo un espectáculo que se ha convertido en una alternativa a las ceremonias tradicionales.
El día más especial para Elia y Juan Carlos será original y muy "real" debido a la impronta que darán a la ceremonia unos Reyes Católicos en el pico de su popularidad por la famosa serie de televisión.
"¡Y yo les declaro marido y mujer!", dirá el concejal de Hacienda, José González Fernández, quien encarnará a Fernando el Católico en la ceremonia. Se trata de bodas "originales", explica González Fernández a Efe, para aquellos a los que les guste ir a contracorriente e innovar. Los hay primerizos, pero también otros que festejan sus bodas de plata para renovar sus votos matrimoniales en un marco medieval.
Dado que en El Álamo se encuentra uno de los estudios de la serie de TVE 'Isabel', el equipo de la producción española prestará la vestimenta a los concejales de Hacienda y Cultura, para que luzcan como los Reyes Católicos televisivos.
"Muchos piensan que es una boda falsa", bromea 'el Fernando el Católico de Él Álamo', quien reconoce que, aunque no es actor, tras varias veces interpretando al rey, algo ha aprendido.
Muy nerviosos y "más o menos" vestidos de medievales: así aparecerán los novios en una localidad que se beneficia del mercado de las bodas medievales hasta alcanzar los 15.000 ó 20.000 visitantes, cuenta el concejal, más cuando acompaña el tiempo, como este año.
Elia Moreno, la novia, amante de los disfraces y de la ropa hippie, confiesa que, debido a una mala época en su pasado, intenta vivir cada situación de una manera "especial".
No ha querido gastar mucho en el vestido, que encontró en Internet y que será blanco, con mangas en pico de gasa azul, largo y con un poco de escote.
Tanto ella como su futuro esposo coincidieron en que sería una "gran idea" celebrar su amor con una boda medieval, por lo que pusieron rumbo a esta peculiar aventura de época.
Los familiares y amigos invitados a la celebración también deberán disfrazarse, por lo que recibirán una suculenta recompensa: también en el menú los novios seguirán con la temática de la ceremonia, con lo que tomarán cordero.