Marisa Mediavilla, fundadora de la Biblioteca de Mujeres, una leyenda desconocida

  • 30 años de esfuerzo y 30.000 volúmenes encerrados en el sótano del Museo del Traje
  • "Detrás de un objeto como es el libro, hay un contenido social muy grande"

Corría el año 85 y en la Calle Barquillo 44 sucedía algo importante: Madrid empezaba a plantearse la idea de crear una Biblioteca de Mujeres.

Marisa Mediavilla documentalista y bibliotecaria lleva 30 años recopilando libros escritos por y sobre mujeres.

Testimonio de la lucha femenina. Resultado de la colaboración de muchas mujeres y de miles de horas de trabajo no remunerado.

Su fondo consta de unos 30.000 volúmenes, compuesto por estudios tanto de autoras como de autores, lleno de ensayos feministas, femeninos y misóginos, biografías, obras de creación artística y literaria, además de literatura gris, revistas y colecciones especiales como agendas, calendarios, carteles, folletos, sellos, pegatinas, tarjetas, tebeos, chapas...

Existe un catálogo y un tesauro donde se puede investigar, conocer y buscar todo el material.

Contiene alguna obra del S. XVIII, bastantes del S. XIX y del primer y segundo tercio del S. XX; la mayoría están descatalogadas, compradas en librerías de viejo, Rastro, Mercat de Sant Antoni y en Ferias del Libro Antiguo. Algunos de estos documentos son imposibles de conseguir hoy día.

¿MADRID NO TIENE ESPACIO PARA UNA BIBLIOTECA DE MUJERES?

En 2006, Marisa, donó su legado al Instituto de la Mujer, desde entonces, permanece en el sótano del Museo del Traje. Los ejemplares actualmente funcionan como depósito dentro de una colección cerrada.

Esta es la razón por la que Mediavilla lleva 3 décadas luchando por enocontrar un espacio propio para todos estos libros. Un lugar de acceso libre donde las personas y el conocimiento se interrelacionen. Una Biblioteca que recuerde a todas aquellas mujeres que fueron silenciadas.

“Detrás de un objeto como es el libro, hay un contenido social muy grande. La literatura, también, es una parte de la historia.” Asegura la entrevistada.

"Gracias a ellos, casi a mis 30 años, fui descubriendo a las pioneras en la lucha por nuestros derechos, de las que nunca había oído hablar."

Durante siglos las autoras firmaban sus obras en anónimo o con pseudónimo.

"LA BIBLIOTECA DE MUJERES ES UN DERECHO TAN NUESTRO"

Pleno siglo XXI y todavía seguimos buscando nuestro Orgullo y prejuicio.

Matamos al ruiseñor. Quemamos los Pazos de Ulloa. Resolvimos El asesinato en el Orient Express. Olvidamos El jardín olvidado. Escuchamos La voz dormida. Aunque ante el espejo nos seguimos sintiendo Frankenstein.

Y, ¿después? Nada.

Y, ¿Después? Destruimos la Habitación propia dejando, así, de ser El segundo sexo.

Yo no sé por qué canta el pájaro enjaulado. Pero si por quién. Por ellas. Clara Campoamor, Agatha Christie, J.K Rowling, Allende, las Sinsombrero, Jane Austen, Rosalía de Castro, Mary Shelley, Gloria Fuertes, Storni, Ana María Matute, María Zambrano, Simone, Almudena Grandes, Martin Gaite, Rosa Montero, Oriana Fallaci, Ana Frank, Loreto Sesma, Maya Angelou, Ana Frank, Alice Walker, Margaret Atwood, Laura Gallego. Y, muchas otras, que se atrevieron a saltar las normas, rebelándose ante una sociedad entera. Aquellas musas que dejaron de inspirar… para escribir.

Marisa Mediavilla, a sus 72 años continúa persiguiendo su sueño y no tiene intención de rendirse.

Al final, las palabras que no se lleva el viento son las que terminan por cambiar el mundo.