Una vecina del municipio madrileño de El Molar (7.400 habitantes) ha denunciado que, tras ausentarse de su casa unos días, ha encontrado que la vivienda estaba ocupada por una familia y que habían desaparecido sus muebles y pertenencias.
La familia okupa se ha negado a abandonar la vivienda porque dice habérsela "comprado" por 600 euros a un hombre.
La joven afectada pagaba desde 2015 un alquiler solidario de 149 euros mensuales por vivir en el piso, que es propiedad de la Obra Social La Caixa y está en el número 54 de la calle Jacoba Díaz Benito.
Sin embargo, la mujer de 27 años que ha ocupado el piso junto a su marido y sus cuatro niños menores de edad ha asegurado hoy a Efe que "no piensa abandonar la casa" porque se la "compró" a un hombre, al que dice que pagó 600 euros en metálico, sin recibir ningún documento o contrato a cambio.
La mujer, que está embarazada, ha aseverado que el piso estaba "completamente vacío" cuando ella entró.
La familia se encontró con la propia afectada por la ocupación la noche en que ésta regresó al piso tras pasar unos días fuera, y ambos le explicaron que la casa estaba deshabitada cuando ellos "la compraron".
Con todo, la mujer ha asegurado que piensa permanecer con su familia en la casa hasta que consiga reunirse con el banco, con el que espera llegar a un acuerdo y firmar un alquiler social que pagar con el sueldo de su marido, que es el único miembro de la unidad familiar que tiene trabajo.
Por su parte, la joven afectada ha explicado, en declaraciones a la cadena Ser, que cuando llegó a la vivienda estaban todas las luces encendidas y la puerta abierta y "pensó que le habían robado", hasta que los okupas le dijeron que "quién era ella" y que "allí vivían ellos".
Actualmente está viviendo con su madre y "no tiene idea" de cuándo va a poder regresar a la casa aunque, según ha matizado, "no quiere volver".
El caso tiene preocupados a los vecinos de El Molar, que denuncian el creciente número de ocupaciones irregulares en algunos barrios.
Una de las vecinas ha asegurado a Efe que los residentes tienen "pánico" a estas okupaciones porque, según ella, han afectado a cuatro viviendas en los últimos meses.
Esta mujer, que es dueña del piso en el que vive, sostiene que han aumentado los robos con la llegada de estas personas, a quienes ha acusado de robar varias bicicletas y una moto, cortar cuatro veces el cable de la puerta del garaje y "reventar" un coche tras una disputa vecinal.
Otra vecina ha manifestado que no comprende que este caso haya "suscitado polémica, porque lo habitual en la zona es que haya okupas", y ha sostenido que se trata de "un clan" que trabaja de forma "organizada" para saber qué casas están vacías.
Otro residente de la urbanización, que vive de alquiler, ha expresado su "temor" a enfrentarse a estas personas y ha añadido que hace unos días encontró en la basura numerosas cajas de ropa, aunque en ese momento "no pudo imaginar" que las prensas pudieran pertenecer a la mujer afectada por la ocupación.