De niño héroe a villano. Es la historia del atracador que ayer se suicidó en Cangas de Onís, tras un fallido asalto a una sucursal bancaria con toma de rehenes. Con tan sólo 12 años se hizo famoso por rescatar a dos hermanos que estában ahogándose en el río Ebro. Le premiaron entonces y hasta llegó a conocer al Papa. Este martes puso fin a un largo historial delictivo y carcelario.
Delincuente habitual y con numerosos antecedentes, ésta es la última imagen que tenemos de Juan Carlos Sahagún... atrincherado, con una gorra blanca, en la sucursal bancaria de Cangas de Onís. Minutos antes había sido el primero en disparar a los agentes que trataban de impedir su fuga.
Poco después, y tras liberar a los rehenes, se pegaba un tiro. Tenía 59 años. Hoy hemos sabido que no siempre fue así. Hay que bucear mucho en la hemeroteca para encontrar esta imagen: Son los niños premiados, por sus actos heróicos, en la Operación Plus Ultra de 1970.
Juan Carlos Sahagún, con 12 años fue uno de ellos. Salvó a dos niños de morir ahogados en el río Ebro. Un acto heroico que le permitió conocer a la familia real, viajar a Roma y entrevistarse con el Papa Pablo Sexto.
Ese pasado glorioso se borró con los años y la droga. Sahagún, conocido en el ambiente carcelario como El Rife, protagonizó en 1989 un sonado intento de fuga en la cárcel de El Dueso.
Una vida entera entrando y saliendo de la cárcel, dando golpes a mano armada y atracando bancos. Ayer dijo a los negociadores que lo que no quería era volver a la cárcel. Cumplió su palabra y puso fin a una vida, sin duda, llena de contrastes.