Los editores de libros de texto denuncian presiones políticas en todas las Comunidades Autónomas para elaborar los contenidos y se adapten a sus gustos.
Antonio María Ávila, director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), ha declarado que “en una comunidad quieren que desaparezcan los ríos, porque hay ríos poco importantes y les damos mucha importancia. En otra no quieren que hablemos de los Reyes Católicos". Está hablando del caso de Canarias y Cataluña, respectivamente.
O en el caso de La Comunidad Valenciana, donde "le censuran un libro de lengua a un director de la Real Academia porque sostiene que el lenguaje que tiene ese libro no es un idioma sino un dialecto" ha añadido.
En Andalucía, por ejemplo, sugieren que en la asignatura de matemática se explique la geometría con los alicatados de la Alhambra de Granada y se quejaron de que, en música, no se hablaba en música del tambor rociero.
Y, en Murcia, en la asignatura de Ciencias Naturales, abordan el tema de la alimentación saludable mientras que en La Rioja no lo hacen.
Como consecuencia de tener que adaptar el contenido a los requerimientos de cada Comunidad Autónoma, solo en este curso se han publicado hasta 11.400 libros diferentes.
Por todo ello, desde la Asociación Nacional de Editores de Libros y material de Enseñanza (ANELE) piden que se realice un pacto por un currículo que esté aceptado y generalizado para todos.