La excavación del túnel paralelo para llegar al punto -donde se cree- que está el pequeño Julen, a casi 80 metros de profundidad, está siendo un trabajo titánico. La dificultad para avanzar ha sido la dureza de las rocas que han destrozado, incluso, la punta de la perforadora, que ha tenido que parar.
Los equipos de rescate trabajan a marchas forzadas para entubar el túnel que acaban de excavar, que permitirá a los mineros acceder con garantías para su seguridad e iniciar la excavación a mano de la galería horizontal de cuatro metros de longitud y uno de diámetro, hasta donde se podría hallar Julen, en lo que pueden emplear unas 24 horas.
Para ello llevarán, entre otro material, un martillo de aire comprimido, hachas y madera para entibar (apuntalar) el túnel que deben horadar.
Previsiblemente, solo bajarán dos mineros porque no cabrán más personas en el túnel inclinado.
La dureza del terreno determinará la duración de los trabajos para lo que los mineros han evaluado todas las posibilidades, entre ellas el uso de algún explosivo, si fuera necesario, para remover el terreno mediante microvoladuras.