El Real Madrid tocó fondo en Mendizorroza y Julen Lopetegui empieza a ser puesto seriamente en entredicho y cuyo futuro se oscurece por momentos.
Solo el mal inicio de la Liga del Atlético Madrid y los tropiezos del Barcelona evitan que a estas alturas, en la octava jornada, el Real Madrid esté casi descolgado de la pelea por el título de Liga tal y como sucedió el pasado año.
Tres derrotas consecutivas
Tres derrotas, ante el Sevilla, el CSKA Moscú y ahora el Alavés, y un empate, frente el Atlético, resumen el trayecto del plantel de Lopetegui en los últimos quince días, en los que no ha sido capaz de marcar.
El equipo blanco está seco. Lleva 409 minutos sin marcar. Y lo que es peor, sin argumentos para contemplar el futuro con cierta esperanza. Con un Benzema desaparecido.
Un partido más, ante el Alavés el Real Madrid monopolizó el balón (rozó el 70% de posesión) pero sintió impotencia con su juego. Se muestra como un equipo bloqueado, sin confianza ni argumentos ofensivos.
Sin gol
Con falta de claridad en los últimos metros. Ha pasado de exhibir un juego coral y brillante ante el Roma en su estreno en Liga de Campeones, a un fútbol previsible que no genera ocasiones de peligro. Sin brillo ni desequilibrio.
El Real Madrid está plagado de jugadores que vienen de disputar el Mundial de Rusia como broche a una temporada larguísima, de no completar una pretemporada adecuada para preparar el físico para la exigencia de un calendario cargado de partidos y lo están acusando en la primera fase de una nueva campaña. Ninguno está cerca de su verdadero nivel y no hay un futbolista que brille con continuidad.