"¡Son cinco minutos! Me da igual Yo te regalo mi plaza y mi lesión si la quieres"

Ellos lo tienen claro. La silla no es un obstáculo para alcanzar lo que se han propuesto. Pero sí es cierto que se enfrentan diariamente a siituaciones poco ejemplares por parte de algunos. Y ello aparece frecuentemente cuando la gente utiliza los espacios reservados para discapacitados, entre ellas las plazas de estacionamiento reservadas para ellos.

Lo consideran una falta de empatía. Y ante ello dicen que no quieren compasión, pero si respeto. Reclaman que la gente se ponga en el pellejo de los demás y respeten lo que son normas básicas de convivencia. Carmelo, ante ello, sentencia: Si quieres mi plaza, quédate con mi silla también, con mi discapacidad". Y Daviana aclara: ¡Son cinco minutos! Me da igual Yo te regalo mi plaza y mi lesión si la quieres".