Nuestro Padre Jesús de Medinaceli enfila la recta final de su recorrido por las calles del centro de la capital con la túnica al viento. Parece que camina y la sensación de los cofrades es de gran emoción con imágenes preciosas de las velas del trono iluminando la cara del Señor de Madrid.
La última hora es la séptima de una larga procesión pero el agotamiento no puede con los anderos de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli.
Son momentos de gran belleza e intensidad como los vividos en la carrera de San Jerónimo.
A su llegada a Cedaceros para entrar en su basílica, asistimos a la tercera saeta oficial de la procesión. La que entona Manuel Cuevas.
Mucha emoción y expectación en las maniobras para que Jesús de Medinaceli descanse en su templo. Una recogida muy delicada en la que los hombres y mujeres de trono se emplean con suma precisión.
Y llegado a este momento cumbre, rozando la una de la madrugada madrileña, los cofrades empiezan a preparar la próxima procesión, que esta vez será el Viernes Santo de 2020.
