Sus 1.722 hectáreas convierten la Casa de Campo en el mayor parque público de Madrid.
La historia de este pulmón verde comenzó con la decisión de Felipe II de trasladar la Corte a Madrid y residir en ella. El rey comienza a formar una finca que unía el Palacio con el cazadero de El Pardo. Alrededor de este núcleo se irán agregando fincas de labor y campos comprados a los colindantes.
Bosque Real
Con Fernando VI este sitio se declaró Bosque Real. Dada la finalidad de caza y campestre de la finca y la proximidad de Palacio, la primitiva casa de campo de los Vargas se amplía para acoger los aposentos reales para estos menesteres. Carlos III le dará un nuevo rumbo introduciendo ganadería y agricultura entre sus fines, que serían continuados por la Reina María Cristina.
Tras la proclamación de la Segunda República, fue cedida por el Estado al pueblo de Madrid (1 de mayo de 1931), estando desde entonces abierta al público. Durante la guerra civil fue frente de batallas y bombardeos que afectaron a sus construcciones antiguas e hicieron aparecer nuevas construcciones militares, que aún se pueden ver.
En su interior se encuentran situadas diversas instalaciones, como el Parque de Atracciones, el Zoológico, el Teleférico (que conecta la Casa de Campo con el Parque del Oeste, al otro lado del río Manzanares), recintos feriales, el pabellón multiusos Madrid Arena, la Venta del Batán (lugar tradicional de encierro de los toros en los días previos a su lidia en la Plaza de Toros de Las Ventas) y diferentes instalaciones deportivas populares.