Miles de madrileños han viajado estos días a Valencia para vivir la fiesta más popular de la ciudad, las Fallas. Acompañamos a un grupo de ellos que han cogido el ave en el día grande, aprovechando la festividad de San José, el Día del Padre.
Ya en Valencia, comienza el recorrido habitual para ver los monumentos falleros, al menos los más importantes; asistir a la mascletà y contemplar la ofrenda florar a la Virgen de los Desamparados, patrona de la ciudad.
Este año, el primer premio se lo ha llevado la Falla Convento de Jerusalén. Acaban de cumplir 125 años y su presidente, Santi Ballesteros, nos explica el significado del monumento ganador, “un cuento sobre el mal que le estamos haciendo a la naturaleza”.
La Nit de la Cremà pone el broche final a una semana de fiesta, cuando se queman las fallas hacia la medianoche. Para los falleros, la fiesta empieza justo después de quemar el monumento, pensando ya en las siguientes.
La mayoría de visitantes madrileños regresan en el mismo día. Tras una larga jornada de fiesta, toca volver a la rutina diaria con el recuerdo de las Fallas 2018.