Llevar ropa de segunda mano ya no es tabú, es más, marca la diferencia y recupera la esencia de lo "vintage".
Ahora lo moderno es, precisamente, eso, perderse por pasillos repletos de prendas con historia, vender ese abrigo que nunca te pones o esos jeans de firma que compraste con las 10.000 pesetas que recibiste por tu 18 cumpleaños.
Hoy, todas las prendas y complementos pueden tener una segunda vida y eso es lo que hace la mayor tienda de ropa vintage de Europa, que se encuentra, precisamente en la calle Atocha de Madrid.