Según la leyenda, durante la fase de construcción del monasterio de San Lorenzo de El Escorial en la época Felipe II durante el siglo XVI. Apareció un misterioso perro negro que aterrorizaba a los obreros.
Algunas personas aseguraban que veían al perro negro con ojos rojos que corría y aullaba entre las obras y los andamios.
En aquella se llegó a decir que era un espíritu del animal que había venido del infierno a causa de los excesivos impuestos del monarca a Castilla para pagar las obras de El Monasterio.
Además se pensaba que este perro protegía el monasterio, pues se ha atribuido a El Escorial el ser una de las puertas del infierno que hay esparcidas por el mundo.
