En la Guitarrería Alvarez y Bernal han aprendido de los mejores y trabajan día a día para seguir mejorando.
Este arte es un legado de padres a hijos manteniendo la precisión de los antiguos artesanos. Por eso, hemos podido comprobar cómo cuidan cada detalle porque la guitarra “es el reflejo de quien la hace y de quien la toca”.
Se trata de un trabajo duro y diario. Es un legado de padres a hijos con la precisión de los viejos artesanos, como los relojes de la música. Es por ello que es muy importante cuidar cada detalle. “Porque una guitarra es el reflejo de quien la hace y de quien la toca. Es todo en uno”.
Todas sus guitarras están hechas especialmente para cada cliente. Variaciones en la madera, en las barras armónicas, el sonido, los colores de los materiales, el tamaño…