Ruta 179 hace parada en Cenicientos una localidad situada a 85 kilómetros al suroeste de Madrid, lindando con Toledo y con Ávila. Famoso por sus toros y por su privilegiado entorno medioambiental.
Comenzamos nuestra visita en el alto de la Peña Cenicientos, desde donde contemplamos unas vistas inmejorables de las tres sierras de la Comunidad de Madrid, además de la zona de Cenicientos. El entorno natural de Cenicientos es espectacular gracias a su microclima, casi atlántico que le convierte en la localidad más lluviosa de Madrid.
Un cocinero karateka, Carlos, nos enseña a preparar el cocino corucho con un ingrediente especial que recogemos del campo, los cardillos.
Con otro de los vecinos de Cenicientos, Guillermo, aprendemos a labrar la tierra como se hacía antes de que llegarán las máquinas, con las mulas. Después del duro trabajo en el campo, lo mejor es refrescarse en la cooperativa de vinos con un buen caldo de las viñas locales.
La asociación "Animal Rainbow" aprovecha el entorno natural de Cenicientos para explicar el comportamiento de los animales. Organizan visitas guiadas para mostrar la flora y la fauna de la zona.
Con Luis visitamos un elemento importante del patrimonio cultural de Cenicientos, el puente romano, que se puede visitar junto a las hoyas que crea el río.
José Luis nos desvela el secreto de la "Piedra Escrita", una gran roca labrada en tiempos de los romanos que se ha convertido en símbolo de la localidad. Justo al lado encontramos otra gran piedra labrada por los celtas en forma de berraco además de otros restos históricos.
Nuestro compañero, Miguel Ángel Moncholi, un enamorado de Cenicientos, nos habla de la tradición taurina de la localidad. Con él visitamos la ganadería de Antonio Jiménez y, por supuesto, la flamante plaza de toros.
Enrique nos muestra, para terminar nuestra visita, parte del rico folclore que aún conserva el pueblo.