Hoy son los propios vecinos de Roberto, un centenar, los que se han echado al monte, se han calzado las botas para rastrear la zona de Casarrubios. Crece la inquietud sobre su paradero.
La última vez que se vio al desaparecido fue el 18 de febrero en la localidad. Tiene 63 años, mide 1,70 metros de altura, complexión normal y pelo canoso. Su móvil está apagado. La Guardia Civil de Toledo se hizo cargo de la investigación tras la denuncia interpuesta por el hermano del desaparecido.