La Cumbre del Clima encara su recta final con su parte más política, porque los líderes tratan de alcanzar acuerdos concretos. Y quien mete presión ahora es Greta Thunberg, quien endurece su discurso.
Thunberg se ha encarado con los líderes políticos y se ha preguntado cómo es que no sienten pánico ante lo que ocurre con el clima. Ha interpelado a los líderes, la mayoría ausentes: "¿Cómo reaccionan ante estas cifras sin sentir al menos cierto nivel de pánico?"
Ha sido en su primera comparecencia oficial ante el plenario de Naciones Unidas. Poco antes de su aparición, la joven activista sueca tenía tiempo para compartir confidencias y selfies con la ministra española de transición ecológica. Sin duda, las palabras de Thunberg, siempre especialmente críticas con la inacción política, eran muy esperadas.
Falta de ¡medidas concretas
"Si nos limitamos a fijar fechas en el futuro, que sólo sirven para dar la impresión de que realmente se está haciendo algo, sólo empeoraremos las cosas –ha dicho Thunberg- Porque los cambios -que son necesarios- ni siquiera estarán a la vista. Los políticos que deben llevarlos a cabo no están hoy con nosotros. A pesar de todo lo que podáis oír en esta cumbre climática".
Thunberg ha comparado esa falta de medidas concretas y reales para frenar la emergencia climática como un adulto que mira, en medio de una autopista, cómo un niño extraviado queda a merced de los coches que llegan a toda velocidad.
El tiempo apremia
Una metáfora bien recibida por un aditorio de dignatarios y expertos, los de esta COP 25, a los que se le está acabando literalmente el tiempo para llegar a un acuerdo sobre medidas prácticas y reales.
En ese afán por presentar un expediente con resultados se inscribe la iniciativa de la Unión Europea por lo que ha definido como un Pacto Verde. Objetivo, en la distancia, conseguir para el 2050 el ansiado escenario de cero emisiones.
Y en el medio plazo, la promesa real de que para el 2030, etapa intermedia, Europa reducirá sus emisiones entre un 10 y un 15% más de lo ya anunciado, hasta alcanzar una reducción de emsiones del 50%. Hacerlo tendrá un coste estimado de 100.000 millones de euros. Dinero de los fondos europeos y nacionales que se destinará a la reconversión industrial y al fomento de energías verdes y sostenibles.
Aumentar la ambición
Greta Thunberg ha reprochado a los políticos que usen este encuentro internacional para "negociar lagunas y evitar aumentar su ambición" y ha advertido de que el mayor peligro no es la "inacción", sino que los políticos y directivos pretendan que hacen algo cuando "no hacen casi nada".
Y es que, según Thunberg, "los países están encontrando maneras muy inteligentes para eludir la actuación", como por ejemplo, trasladando sus emisiones al extranjero o directamente no cumplir sus promesas de aumentar la ambición climática. "Hay que poner fin a esto", ha emplazado, para añadir que "los cambios necesarios no están todavía a la vista", pues "la política que se necesita no existe en la actualidad pese a lo que puedan escuchar de boca de los líderes del mundo".