El contrato por el que el rey Juan Carlos I donó 65 millones de euros a su amiga Corinna Larsen en junio de 2012 incluía varias cláusulas, entre ellas que esa donación quedaba desvinculada de la herencia del rey emérito, según el documento que publica este jueves El Español.
Una copia de este documento, señala el periódico, está en manos del fiscal suizo Yves Bertossa, que investiga el origen de la fortuna que don Juan Carlos pudo mantener oculta en Suiza durante cuatro años.
Según las investigaciones en curso, el abogado Dante Canónica creó una estructura societaria, la Fundación Lucum, para depositar una aparente donación de 100 millones de dólares enviada en julio de 2008 por el rey saudí Abdalá bin Abdulaziz al-Saúd al entonces jefe del Estado español. El fiscal sospecha que el dinero proveniente de Arabia Saudí fue una comisión por la intermediación del rey para lograr la adjudicación a un consorcio de empresas españolas del tren de alta velocidad a La Meca.
Los 100 millones de dólares fueron ingresados en una cuenta de la Fundación Lucum abierta en el banco Mirabaud de Ginebra por Dante Canónica y Arturo Fasana, que figuran como administradores de la fundación.
En el documento publicado este jueves por el que el rey emérito dona 65 millones de euros a Corinna, Juan Carlos I reconoce ser el primer beneficiario de la Fundación Lucum. "El donante", añade, "desea hacer una donación irrevocable de estos activos a la donataria, que ha aceptado".
La donación es "concedida y aceptada" sin cláusula de devolución, es decir, la donación no sale del ámbito patrimonial de Larsen ni siquiera en el caso de que ella falleciera antes que el donante.
Se establece además "una dispensa de relación con la herencia del donante", de modo que esos fondos quedan desvinculados de la regla de la relación o colación con la herencia del rey emérito. Así, el contrato deja fuera esta donación de una futura partición de la herencia del anterior monarca entre sus herederos legales, particularmente Felipe VI y sus hermanas Elena y Cristina.
Precisamente, el pasado mes de marzo Felipe VI anunció que renunciaba a la herencia de su padre que le pudiera corresponder.
El contrato entre Juan Carlos I y Corinna Larsen fue reconocido por el banquero Nicolas Gonet como el documento que se le facilitó antes de abrir en el banco Gomet en Bahamas la cuenta en la que Corinna iba a ingresar la cantidad. Gomet, que también ha comparecido ante el fiscal Bertossa, explicó en junio de 2019 que solo le facilitaron el contrato y le dijeron que era un regalo del rey de España a Corinna. "No consideré necesario preguntar sobre el origen de los fondos en poder del rey de España, simplemente pedí recibir la escritura de donación", aseguró.
También en su declaración ante el fiscal Corinna Larsen dijo en diciembre de 2018 que los 65 millones de euros procedían de una donación del fallecido rey Abdalá de Arabia Saudí al monarca Juan Carlos I como "regalo" y "gratitud".
El entorno de Felipe VI asegura a Telemadrid la postura de la Casa Real ante las informaciones sobre el Rey Emérito. Insisten en que don Juan Carlos no tiene ningún papel civilmente y que muy pocos sabían de sus negocios.