El vidente nos abre las puertas de su casa más céntrica, ubicada muy cerca de Palacio Real y de Plaza de España. En este exclusivo piso en el cielo de Madrid, Rappel recibe a sus clientes y les desvela qué secretos les depara el futuro. Conocemos muchos de los recuerdos del adivino y la estrecha amistad que le une con las que para él son las tres más grandes de este país: Lola Flores, Rocío Jurado y María Dolores Pradera.
La casa del adivino es un claro ejemplo del barroco más colorido: “os va a encantar mi dormitorio, todo es morado: la cama es morada, las paredes son de color morado… ¡hasta las puertas son de color morado! Es un color que me encanta y además siempre ha simbolizado el poder”, asegura.
En el mismo dormitorio veremos el armario de nuestro protagonista, en el que guarda varias de sus famosas túnicas.