El joven espada madrileño Ángel Sánchez cortó hoy la única oreja del festejo inaugural de la feria torista de Cenicientos y se la arrancó a un gran toro de vuelta al ruedo de Peñajara de Casta Jijona, el mejor de una corrida exigente y complicada.
Y es que no atravesaba un buen momento la ganadería de Peñajara en las últimas temporadas. Por este motivo, el reciente cambio de propietario (José Rufino se la vendió a Antonio Rubio hace poco más de un año) y de localización (de los campos sevillanos las reses se trasladaron a tierras cacereñas) en esta vacada induce a que cada festejo en los que se lidian sus toros se vea con ojos especialmente analíticos, buscando, casi anhelando, ver un posible cambio a mejor en su juego.
Y a fe que hubo toros para ilusionarse. La corrida lidiada hoy en Cenicientos, de imponente trapío, como es norma en esta plaza, bastión del torismo madrileño, tuvo fuerza; ninguno se cayó, a pesar de recibir la mayoría dos puyazos, pero tampoco se entregó ni en capotes ni en muletas.
Pasaron sin humillar ni terminar los viajes, por lo que imposibilitaron la ejecución del toreo actual. Fue, más bien, una corrida para lidiarla sobre las piernas, poderla y matarla dignamente.
No obstante hubo dos excepciones a estas condiciones poco recomendables: el tercero tuvo movilidad, resultando manejable en conjunto, y sobre todo el sexto, un precioso ejemplar salpicado que embistió con emoción y entrega; tanta, que se le concedió la vuelta al ruedo en el arrastre.
Estos dos toros cayeron en manos de Ángel Sánchez, que se enfrentaba a su segunda corrida de toros, pues tomó la alternativa con una de Adolfo el pasado San Isidro. Solventó la papeleta (lo era) dejando retazos de un magnífico toreo al natural, sobre todo frente al sexto, y puso sobre el tapete un gran aplomo de plantas.
Sin embargo también se echó en falta una mejor estructuración de sus trasteos, pues a ambos les faltó un final de faena lucido para terminar de redondear su labor y así evitar el dejar al público con una sensación de querer más o de que se podría haber hecho más. De no haber fallado con la espada en su primero a buen seguro habría cortado el trofeo que le faltó para salir a hombros.
Poco se puede decir tanto de Morenito de Aranda como de Javier Cortés. Ambos estuvieron por encima de sus lotes, que apenas ofrecieron posibilidades de triunfo.
FICHA DEL FESTEJO
Toros de Peñajara de Casta Jijona, de imponente trapío. Nobles, pero faltos de clase y casta en sus embestidas. Algo mejor resultó el tercero, y muy bueno el sexto, premiado con la vuelta al ruedo.
-Jesús Martínez 'Morenito de Aranda', ovación y silencio.
-Javier Cortés, silencio y silencio.
-Ángel Sánchez, silencio y oreja.
En cuadrillas, saludó tras banderillear al cuarto Andrés Revuelta. La plaza registró casi tres cuartos de entrada en los tendidos.