La famosa Silla de Felipe II, desde donde el rey habría contemplado la evolución de las obras del Monasterio de El Escorial, podría no ser tal. Una prestigiosa arqueóloga e historiadora, Alicia Canto, habría demostrado que se trata de un altar celta, donde se realizaban sacrificios hace 23 siglos. En ello ponemos el ZOOM de Telemadrid.