Persona teletrabajando en una reunión con sus compañeros | EUROPA PRESS
(Actualizado

La Comunidad de Madrid, una región que acoge a todo el que viene, sin distinguir su procedencia, ha visto cómo parte de su población se ha desplazado a otras regiones, a raíz de la pandemia. Esto se ha debido en buena medida gracias a la opción que tanto empresas privadas como públicas han dado a sus empleados de poder teletrabajar, para evitar nuevos contagios. A ello hay que sumar la decisión de algunos madrileños de buscar espacios más cercanos a la naturaleza, en otra regiones, ante la amenaza de nuevos confinamientos, como el de la pasada primavera de 2020.

Todo apunta a que la Covid-19 marcará también un antes y un después en los hábitos laborales de las empresas españolas. La duda es si los madrileños, que de forma momentánea se han ido a otros puntos del país, sobre todo a sus ciudades o pueblos de origen, se quedarán allí gracias al teletrabajo o si regresarán.

Regiones como Castilla-La Mancha y Castilla y León han visto en el teletrabajo una opción para luchar contra la despoblación y ya piensan en incentivos fiscales para aquellos que decidan asentar su residencia en sus regiones, en especial en las zonas rurales.

Cuando cambiamos la silla de la oficina por la de casa

"El teletrabajo ha llegado para quedarse" es una de las frases más repetidas desde que en la segunda semana del mes de marzo de 2020 comenzaran a tomarse medidas ante el aumento de casos de Covid-19 en nuestro país. Hasta ese momento, esta modalidad de trabajo no presencial era casi residual en nuestro país, menos del 5% de los asalariados trabajaba desde su domicilio, un porcentaje mayor en el caso de los autónomos y muy similar a otros países como Italia o Alemania, frente a Finlandia o Reino Unido que tradicionalmente se han situado a la cabeza.

Persona teletrabajando en su casa con varios ordenadores | EUROPA PRESS

Según el Índice de Confianza Empresarial hasta el confinamiento de marzo de 2020, solo el 14,8% de las empresas utilizaba el teletrabajo. Una cifra que en los meses de marzo, abril y mayo de 2020 se multiplicó hasta alcanzar el 49% de las empresas de nuestro país. Aún así los datos indican que aunque la pandemia no ha terminado, según un estudio de Randstad Research el teletrabajo experimentó un descenso en los últimos meses del año pasado.

El teletrabajo pierde fuerza: España pasa de tres a un millón de personas que trabajan en remoto

La gran pregunta es si España está preparada para el teletrabajo o si nuestro país se ha subido a esta modalidad, casi de forma improvisada.

Sara Picazo, consultora de comunicación, lleva más de una década teletrabajando. Esta periodista decidió a raíz de la pandemia cambiar Madrid por Las Palmas, desde donde sigue con sus proyectos laborales.

Como veterana en el teletrabajo cree que en nuestro país es necesario, en este sentido, un cambio de mentalidad tanto en jefes como empleados. De este modo advierte que “si el trabajo en remoto no se gestiona debidamente puede derivar en horas extra y en un sobreesfuerzo laboral. Esto se traduce en efectos nocivos para el empleado como estrés, ansiedad e incluso aislamiento. De ahí la importancia de un cambio por parte de las organizaciones que pretendan ser más ágiles y productivas”.

Sara Picazo, experta en comunicación, ha dejado Madrid para teletrabajar desde Las Palmas de Gran Canaria | TELEMADRID

“Los jefes no pueden seguir gestionando a sus equipos como en presencial ya que el teletrabajo requiere de nuevas dinámicas, nuevas herramientas, nuevos hábitos, así como formación y aprendizaje constante. Las empresas tienen que entender que trabajar online no significa tener que estar conectado 24h”, añade.

Picazo en cualquier caso se muestra optimista y confía en que “que esta pandemia haya demostrado que se puede ser más productivo con el teletrabajo (siempre que las cosas se hagan bien) que premiando el presentismo, esa costumbre tan española de calentar la silla en la oficina de forma ineficaz”.

Expertos avisan de los riesgos que puede tener el teletrabajo sin flexibilidad

Una vez superados los meses más duros del confinamiento hay empresas madrileñas que han decidido que sus empleados volvieran a su lugar de trabajo, en otros casos, la borrasca Filomena o la tercera ola han propiciado que de nuevo muchos de ellos hayan vuelto a sus hogares, para trabajar desde allí.

La incógnita sigue siendo que pasará tras la pandemia. “Antes de que se iniciara la crisis de la Covid-19, España estaba a la cola en teletrabajo. Ahora hay estudios que confirman que los empleados quieren poder seguir teletrabajando tras la pandemia pero que quizá la empresa no se lo permita. Esto demuestra que a muchos jefes les interesa seguir controlando a sus empleados de forma presencial, aunque esto no repercuta en mejores resultados”.

Madrileños a distancia

Los primeros desplazamientos de población entre comunidad se dieron a raíz de la decisión de la Comunidad de Madrid de cerrar los centros educativos, en la segunda semana de marzo de 2020 como medida para luchar contra los contagios. Fueron muchos los estudiantes, sobre todo universitarios que decidieron abandonar Madrid y volver a sus ciudades y pueblos de origen, lo que tuvo un doble efecto positivo y negativo. Por un lado se evitaron más contagios en Madrid y, por otro, se extendieron a otras provincias sobre todo a las limítrofes tal y como prueban los datos de nuevos casos correspondientes a los primeros meses de pandemia.

A estos desplazamientos se unieron también algunas personas que estaban ya teletrabajando en nuestra región y que ante los rumores de un posible confinamiento decidieron irse a su segunda residencia de vacaciones en el Levante, Andalucía o Galicia dejando su piso en la Comunidad de Madrid.

Una decisión que fue duramente criticada luego por los gobierno de las dos regiones limítrofes a la nuestra, Castilla-La Mancha y Castilla y León. "Aquello fue poner el ventilador. La gente corrió a sus segundas residencias", asegura la consejera de Sanidad de Castilla y Léon, Verónica Casado.

Verónica Casado, consejera de Sanidad de Castilla y León | EUROPA PRESS

Otros optaron, en aquel momento, por regresar a casa de sus padres en su ciudad o pueblo natal, es decir, aquellos madrileños 'de adopción' que, en su día, vinieron a nuestra región en busca de una oportunidad laboral y que al conseguirla se quedaron. En muchos casos, conforme han pasado los años se han empadronado en la Comunidad de Madrid donde incluso tienen también su domicilio fiscal y que una vez han vuelto temporalmente a su municipio de origen, ahora se plantean abandonar definitivamente Madrid, si su empresa les da la oportunidad de seguir teletrabajando.

Es el caso de Pablo Conde, un ingeniero palentino que tras una década en Madrid en noviembre del año pasado se compró un piso en la ciudad castellana. "Ahora me planteó alquilar o vender el piso que tengo en Madrid, muy cerca de Chamartín, porque mi empresa me ha dado la opción de poder seguir trabajando a distancia. Soy de los que creo que el teletrabajo ha venido para quedarse. Madrid me encanta por todas las opciones profesionales y de ocio que tiene, pero sigo prefiriendo la vida que ofrecen ciudades más pequeñas como Palencia. Además a raíz de la Covid, Madrid se ha quedado sin alguno de sus alicientes, sobre todo de su oferta cultural, como el poder ir a musicales, debido a las restricciones".

En estos movimientos de población, sobre todo entre comunidades cercanas, sigue jugando un papel fundamental el tren de Alta Velocidad. "Ciudades como Valladolid, Cuenca o Segovia se encuentran a una hora o menos de Madrid, gracias al Ave. Comprando los bonos de Avant hay personas que van y vienen todos los días. Unos desplazamientos, que en el último año, por el teletrabajo y el miedo a los contagios, también han descendido notablemente, lo que ha hecho que Renfe haya suprimido trenes" comenta Carlos Perfecto, presidente de la Plataforma de usuarios del AVE Valladolid.

Carlos Perfecto, Presidente de la Plataforma de usuarios del Ave Valladolid | TELEMADRID

Según los datos de Renfe, en 2020 los viajeros del AVE han caído un 66%, en especial en los meses del confinamiento donde las fuertes restricciones de movilidad hicieron que se suprimieran en muchas líneas el 75% de los trenes.

Renfe ha ido recuperando los servicios pero no todos. Lo sabe bien, Montserrat de Pablo , madrileña que viaja en AVE a Cuenca, dos veces por semana para dar clase en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Castilla-La Mancha. "Lo tenga cada vez más complicado, para vivir en Madrid y trabajar en Cuenca, porque con la supresión de trenes tengo que esperar hasta las 10 de la noche, desde las 6 de la tarde que acabo mi trabajo. Además yo no puedo teletrabajar, soy profesora de fotografía y mis clases son sobre todo prácticas, por lo que es imposible impartirlas mediante una pantalla de ordenador", añade.

"La combinación de teletrabajo y AVE puede ser la opción que se implante, una vez pase la Covid, es decir, que un trabajador pueda estar en otra provincia, y que venga a Madrid una o dos veces por semana a la oficina, e incluso pueda ir y venir en el mismo día si tiene alguna reunión con su jefe, que tenga que ser presencial. Para ello es fundamental adaptar los horarios a lo que piden los viajeros y el periodo de uso de los abonos", comenta Carlos Perfecto.

'Me vuelvo al pueblo', gracias al ordenador

Aunque una gran parte de esos madrileños que se han ido por la pandemia, a vivir a sus provincias de origen, siguen empadronados en la Comunidad de Madrid, se puede tomar como referencia de esos desplazamientos las cifras aportadas por la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha y por la Consejería de Sanidad de Castilla y León, sobre el número de recetas dispensadas a madrileños que en el último año han acudido a las farmacias de estas dos regiones y a las que ha tenido acceso Telemadrid.es

Personas esperando para entrar en una farmacia de Cuenca | TELEMADRID

Se trata de madrileños que en el último año han cambiado su residencia de manera temporal y que acuden a las farmacias con su tarjeta de salud de la Comunidad de Madrid. De este modo si en el año 2019 el número de recetas dispensadas en farmacias de Castilla-La Mancha a usuarios del Sistema Público de Salud de Madrid fue de 882.900, en el año 2020 pasó a ser de 2.036.000, es decir, más del doble. Unos datos que llevaron al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page a hablar de "fuga sanitaria" de madrileños a la comunidad vecina.

Vídeo: Telemadrid | Foto:REDACCIÓN

Algo muy parecido ha ocurrido en Castilla y León donde las farmacias han pasado de dispensar 1.103.661 recetas a madrileños en 2019 al 1.792.070 recetas en 2020. Esto supone un incremento de 62%. Por otro lado, el número de usuarios de la sanidad madrileña que en el año 2019 solicitaron alta en Tarjeta Sanitaria como desplazados en Castilla y León fue de 92.434 y en el año 2020 fue de 114.234, siendo las provincias de Segovia y Ávila, las que tuvieron más solicitudes.

Otras cifras que ponen de manifiesto los movimientos de población que se han registrado desde el inicio de la pandemia son los del Instituto Nacional de Estadística. De este modo la Comunidad de Madrid es una de las tres regiones españolas que más población ha perdido en el último año.

Según el INE, los saldos migratorios entre comunidades más positivos durante el primer semestre de 2020 se dieron en Comunidad Valenciana (1.693), Castilla-La Mancha (1.359) y Galicia (818). Por el contrario, Cataluña ( 1.524), Comunidad de Madrid (–1.264) y las Islas Baleares (–1.026) presentaron los saldos más negativos.

Movimiento de población en el primer trimestre de 2020 | INE

La solución a la despoblación

La posibilidad de seguir trabajando en Madrid pero fuera de la Comunidad, gracias al teletrabajo, se presenta también como uno de los mejores aliados para luchar contra la despoblación que afecta a algunas de las provincias limítrofes con nuestra región.

"El teletrabajo puede ser el mejor antídoto para luchar contra la despoblación, un fenómeno que sufre de manera especial Castilla y León, Castilla-La Mancha y Aragón, que además cuentan con poblaciones cada vez más envejecidas. En provincias como Cuenca, Guadalajara, Soria o Teruel se ha notado como la población ha aumentado en los últimos meses tanto en las ciudades como en los pueblos, gracias también al trabajo no presencial", explica Carlos Perfecto.

Calles de Sartajada, en Toledo, uno de los pueblos con menos habitantes de Castilla-La Mancha | EUROPA PRESS

Esto ha llevado incluso a la Plataforma de Usuarios del AVE de Valladolid a pedir a la Junta de Castilla y León desgravaciones fiscales para aquellos que usan el tren de Alta Velocidad para ir a trabajar a Madrid, pero tienen su domicilio fiscal en Castilla y León. Una opción que el gobierno de esa región está estudiando.

Quién ya ha tomado la iniciativa en este sentido, y también para luchar contra la despoblación es el gobierno de Castilla La Mancha, que ha aprobado este mes de febrero una ley que contempla una desgravación de hasta el 25 por ciento de la cuota autonómica para las personas que decidan trasladar su residencia a las zonas rurales de esa comunidad. También una desgravación del 10 por ciento para adquisición o rehabilitación de una vivienda para los que vivan o quieran vivir en un pueblo.

Estos incentivos pueden hacer que muchos madrileños se queden definitivamente en sus provincias de origen, trabajando para alguna empresa de nuestra región, pero pagando sus impuestos fuera de la Comunidad de Madrid, si deciden empadronarse y trasladar también su domicilio fiscal.