El Ministerio de Sanidad ha publicado un protocolo, consensuado con las comunidades autónomas y el sector, para preparar la apertura de las piscinas frente al Covid-19 en función del Plan para la Transición hacia una nueva normalidad.
En los espacios cerrados, como vestuarios y baños, botiquín y salas técnicas se recomienda abrir puertas y ventanas exteriores para aumentar la ventilación de aire en el área o utilizar medios mecánicos en buen estado de limpieza y desinfección.
Se propone como medida restrictiva de aforo al menos doblar la superficie por persona en los espacios al aire libre y triplicarla en los espacios cubiertos.
Las piscinas deben contar con una distribución espacial de al menos dos metros entre los usuarios que estará señalizada en el suelo.
Todos los objetos personales como toalla, botes de crema, calzado de uso exclusivo, mochilas, etc. deben permanecer dentro del perímetro de seguridad establecido y evitar el contacto con el resto de usuarios.
El agua de las piscinas debe contar con un proceso de depuración física y química, la renovación mediante adición de agua de aporte y la realización de controles operativos o rutinarios.
Para eliminar el virus hay que mantener correctamente el tratamiento y niveles de desinfección residual en el agua. Además, es esencial que se realice una exhaustiva limpieza.