Ante la falta de material sanitario, la respuesta de los madrileños está siendo abrumadora. Impresoras 3D y máquinas de coser de particulares se han puesto a trabajar. También la Universidad Complutense ha abierto sus laboratorios y sus ingenieros diseñan y producen piezas. Toda la sociedad se moviliza contra el coronavirus.
Mientras muchas mujeres se estás dedicando a coser material, miles de impresoras en 3D, de universidades, empresas y particulares, se han puesto a fabricar viseras de protección para entregarlas en hospitales, centros de salud y equipos de emergencia.
Rendirse no es una opción, este es el lema que aparece en las mascarillas que en cientos de casas se están cosiendo. La iniciativa partió de un instituto de Formación Profesional, y calculan llegar a producir 500.000 mascarillas.
En Colmenar Viejo, por ejemplo, han movilizado a los propietarios de impresoras 3-D. Y en la construcción de máscaras y en la impresión 3-D se han centrado también en la Universidad Complutense. Además se investiga, se ceden planos y se construyen mil mascarillas cada dos días, como explica José Luis Corral.