Con la crisis del coronavirus, se ha disparado la demanda de videojuegos.
Tener a los niños encerrados en casa es una situación complicada. El día se hace largo y muchos padres han tenido que flexibilizar las normas sobre el uso y abuso de la videoconsola.
Los niños invierten mucho más tiempo en las consolas de lo que lo harían si no estuvieran confinados por el estado de alerta. La teoría está clara: que los niños lean o jueguen al parchís, pero es que el día es muy largo, sin cole y encerrados en casa, por lo que esta situación excepcional de confinamiento ha tirado por tierra las normas estrictas de limitar uso de las consolas.
Mantener la disciplina
Dicen los expertos que para sobrellevar esta situación tenemos que ser más flexibles con los pequeños, aunque eso no significa barra libre.
En estas circunstancias es importante mantener la disciplina y organizar el tiempo para que los niños continúen con los estudios en casa, con sus momentos para ver la televisión, para leer o para actividades manuales.
La decisión en cualquier caso la deben tomar los padres.