En septiembre el 112 registró 30.000 llamadas menos que en el mismo mes del año pasado. Las restricciones a la movilidad por la pandemia han reducido las intervenciones de los servicios de emergencia en accidentes o reyertas, pero aumentan los avisos por ruidos y, ahora, la preocupación por disturbios en la calle como los de anoche.
El cierre del ocio nocturno ha contribuido a ese descenso, como también que muchos ciudadanos hayan limitado su movilidad a los trayectos en coche o moto que son imprescindibles.
Ya en septiembre, según los datos facilitados a Efe por los servicios de emergencia, se registró una reducción muy importante de los avisos al 112, que pasaron de 379.841 llamadas en ese mes del año pasado a las 351.161, es decir, un descenso del 7,55 por ciento.
Pese a ello, algunos tipos de aviso crecieron, como los relacionados con temas sanitarios, que en septiembre representaron el 56,4 por ciento del total frente al 46,16 % en ese mes de 2019, lo que supone diez puntos más.
Y ha sido así por las asistencias sanitarias derivadas de la pandemia del coronavirus y también por la atención en sus domicilios de personas enfermas que no quieren acudir a los hospitales hasta que su estado se agrava, añaden las fuentes.
Por el contrario, descendieron las llamadas en las que tienen que intervenir las fuerzas de seguridad, como peleas o reyertas, que pasaron de representar el 23,75 % al 20,61 %. Por su parte, las relacionadas con el tráfico bajaron del de 14,24 % al 9,16 %, y las intervenciones de los bomberos descendieron de un 9,58 % a un 8,19 por ciento.
Como explican a Efe fuentes de Emergencias 112 Comunidad de Madrid, toda la movilidad se ha reducido en la región, incluida la de los escolares por las clases "online", lo que se ha traducido en "muchísimos" menos desplazamientos.
UN CENTENAR MENOS DE SUCESOS AL DÍA
Este descenso de los sucesos también se ha extendido a la ciudad de Madrid. La media de avisos al día de Samur-Protección Civil ha pasado de 393 en septiembre de 2019 a los 290 que atendió en el mismo mes de este año.
En total, los servicios madrileños de Emergencia actuaron el pasado mes de septiembre en 8.723 avisos, lo que supone una reducción del 26,1 por ciento respecto a los 11.807 de un año antes.
Principalmente acudieron a avisos por accidentes de tráfico, que, de todos modos, han registrado una bajada considerable por las limitaciones de circulación y pasaron de los 544 en septiembre del año pasado a las 370 del mismo mes de 2020.
Una reducción que también se ha observado en los siniestros en los que se ven implicadas motocicletas, que pasaron de 420 a 296 en el periodo analizado.
MENOS PELEAS EN LA CALLE, MÁS RUIDO EN LAS CASAS
Y como es lógico, ha sido en la noche donde se ha notado más el descenso generalizado de los incidentes de todo tipo debido al toque de queda y al cierre de discotecas y locales de ocio nocturno.
"Antes los fines de semana nos requerían por altercados en vía pública provocados por el consumo excesivo de alcohol, por reyertas, agresiones, robos... Esa fotografía casi ha desaparecido. Ahora las principales llamadas que atendemos son por exceso de ruidos en las viviendas y por las fiestas ilegales", comenta a Efe un agente de Policía Nacional.
Este agente, que patrulla las calles del distrito Centro de la capital, reconoce que el pico de los avisos al 091 se sitúa sobre las dos de la madrugada, mientras que antes era a las seis y media de la mañana. A esta hora "el silencio es abrumador", dice.
Otros agentes de este cuerpo que trabajan en el turno de noche en una localidad de la periferia de Madrid, de la zona norte, explica a Efe que ahora lo que más hacen son controles para filtrar desplazamientos justificados y, de paso, se buscan drogas, armas o personas con reclamaciones judiciales.
Los agentes se afanan en disolver botellones o concentraciones de jóvenes en aparcamientos públicos, añaden estos policías, que subrayan que en el ámbito de la violencia machista y, "en contra de lo previsto, se han reducido las intervenciones, aunque siempre hay".
Y no faltan discusiones familiares o entre compañeros de piso por "el exceso de convivencia", ni "infinidad de llamadas indicando que hay varias personas reunidas haciendo tal o cual, que no llevan mascarillas, etc...", relata uno de los agentes.
Porque los vecinos están haciendo un poco de "policías". "Ahora siempre hay alguien en la ventana como testigo, porque a la gente le fastidia cumplir las normas y que otros no lo hagan", agrega.
Se han incrementado asimismo las llamadas desde hospitales por personas "maleducadas" que generan "situaciones de tensión" y "tenemos que intervenir", dice a Efe otro policía, quien resalta el aumento también de las llamadas de personas con problemas psiquiátricos porque con esta situación "aumentan los brotes psicóticos".
Ahora, los agentes están preocupados por los disturbios que, como los de anoche, pueden seguir produciéndose bajo el paraguas de las protestas contra el toque de queda.