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Javier Garrón, dibujante de Marvel: “Dar vida a un superhéroe es un gran poder y una gran responsabilidad”
- "Los superhéroes se parecen un poco a sus dibujantes”
- Tiene un trabajo que le apasiona y que hace felices a millones de personas y nos cuenta en Telemadrid.es cómo llegó a ser uno de los mejores dibujantes de la 'Casa de las Ideas'
En el verano de 1993 Javier Garrón pasó de dibujar el Pato Donald a dibujar superhéroes. Tenía 12 años y su vida quedó para siempre unida a esos personajes con los que sueñan cada día millones de niños, y no tan niños, a lo largo y ancho del planeta.
Actualmente Javier acaba de terminar una serie sobre Deadpool y Lobezno y es uno de los mejores dibujantes de Marvel. Por sus manos pasan mutantes con poderes supercurativos y garras, adolescentes convertidos en Spider Man, héroes poderosos de traje rojo, mutantes, inhumanos… superhéroes y superheroínas. De Marvel, nada menos. Esa ‘Casa de las Ideas’, uno de cuyos cómics llegó a subastarse por 2 millones de euros (el ‘Marvel cómics #1 de 1939, conocido como el ‘cómic con el que empezó todo’).
Entre otros muchos superhéroes, Javier Garrón es el responsable del gran Miles Morales
Su afición viene de lejos. Desde muy pequeño había leído todo tipo de tebeos, desde Mortadelo y Filemón hasta Disney, pasando por Súper López. Y dibujaba a sus personajes favoritos. Se le daba muy bien el Pato Donald
Todo empezó aquel verano de 1993 que, cuenta a Telemadrid.es, pasó “completamente solo y aburrido” hasta que un día acompañó a su padre al quiosco a comprar el periódico. Con la paga que le daban se compró un cómic y sus ojos se abrieron a una nueva perspectiva. Dejó el Pato Donald a un lado y comenzó a dibujar a Batman, Spiderman y Superman.
Pero antes de cambiar ‘Patoaventuras’ (“juraría que todavía hay en casa de mis padres un cinta en beta con grabaciones”) por los superhéroes y llegar a tocar los cielos con Marvel, Garrón tuvo que recorrer un largo camino.
El largo camino a la Casa de las Ideas
Ese camino que comenzó con los cómics que llegaban a los kioscos del Puerto de Santa María, pasó también por el descubrimiento del legendario dibujante de Marvel y DC, Carlos Pacheco: “Descubrir que había alguien que vivía en Cádiz, en un mundo tan alejado geográfica y culturalmente de Nueva York, que desde aquí trabajaba para Estados Unidos”, recuerda Javier Garrón, “fue la chispa que me llevó a pensar que quizá yo podría ser también parte de todo eso”.
La pasión no siempre es suficiente, pero en un cómic encontró un artículo que explicaba a los lectores, paso a paso, las normas básicas para llegar a ser dibujante profesional y presentar tu trabajo en Estados Unidos. “Fue como ver a Moisés bajar del monte Sinaí con los diez mandamientos”, dice Garrón: “se convirtió en mi biblia”.
Preparó portfolios, viajó a salones y solicitó entrevistas con todos los dibujantes y editores americanos que aparecían por España, sin dejar de mandar muestras a todos los mercados. “Durante muchos años hice muchas entrevistas y acumulé muchas tarjetas, no te puedes creer el tarjetero que yo tenía… y ni un solo trabajo”.
Pasó el tiempo y comenzó a estudiar arquitectura en Sevilla. Pero su pasión por los cómics fue mayor. Quería dibujar superhéroes y decidió perseguir su sueño “a jornada completa”, así que dejó la carrera e invirtió en ello todo lo que había ahorrado en un trabajo temporal para la FNAC. Contrató un representante y después lo sustituyó por otro. Le dijeron ‘no’ muchas veces. Pero siguió intentándolo.
“Llegó un momento en que pensé ‘esto tiene muy mala pinta’, veía que mis ahorros iban disminuyendo y no conseguía nada”, así que lo habló con su representante que le dijo “tu trabajo no gusta”. Javier le contestó: “Ahí te quedas”. Era el mes de enero de 2014 y se hizo a sí mismo una promesa/ultimátum: “Si de aquí al verano no consigo trabajo, lo dejo”.
Dispuesto a apurar su última oportunidad envió muestras de su trabajo a todas las editoriales. “Todas las semanas dibujaba 3 ó 4 páginas de muestra dispuesto a dar la brasa. La semana que más gente contestó contestaron cinco y lo que siempre me decían era ‘gracias por enviar las muestras pero ahora mismo no estamos buscando a nadie’”.
El tiempo y el dinero se agotaban pero la pasión no. Y la flauta sonó a finales de marzo. A miles de kilómetros de Cádiz, con un océano de por medio, Katie Kubert, reconocida editora de DC y miembro de una larga estirpe de dibujantes, estaba trabajando en aquel momento en cómics relacionados con Batman y tuvo un problema con un dibujante.
“Katie necesitaba con urgencia tener 11 páginas en nueve días, lo que era mucho más de lo habitual, que es una página al día, que ya es bastante poco realista, y me dió la oportunidad”, explica Javier, “así que me encerré en casa y lo hice, ella quedó contenta, imagínate yo”.
A partir de ese momento todo cambió: “La gente empezó a contestar mis correos y dejé de ser invisible”. Y comenzó a trabajar también con otros editores de DC.
Hasta que una noche recibió un correo a la una de la madrugada.
“Miré el móvil y de repente vi un correo de Katie Kubert en el que explicaba a todos sus colaboradores que se iba a Marvel, me sentí huérfano y le contesté desde lo más profundo de mi corazón explicándole lo agradecido que estaba, deseándole lo mejor y diciéndole lo que era verdad, que le había cambiado la vida por completo a un desconocido en la otra punta del mundo”, recuerda Garrón. “Al día siguiente me respondió, me dijo que había llorado al leer mi respuesta y que si quería trabajar con ella en Marvel, así que me fui con ella a Marvel y en Marvel me he quedado”.
De los ‘Avengers’ a Miles Morales
Y llegaron ‘Cyclops’, ‘Secret Wars: Inferno’, ‘Star-Lord’, ‘Ant Man y The Wasp’, ‘Amazing Spiderman', ‘Secret Warriors’’, ‘Black Vortex’, ‘Death of X’, ‘Inhumans vs X-Men”. Y Javier Garrón se convirtió en uno de los ‘Young Guns’ de Marvel, dibujantes prometedores, elegidos entre lo mejor de su plantilla, destinados a ser grandes estrellas.
Durante tres años ha sido dibujante principal de ‘Avengers’, incluída la serie ‘Uncanny Avengers’ que los mezclaba con los X-Men. Y es responsable de uno de los personajes más aclamados actualmente: ‘Miles Morales’. “Yo quería dibujar a un adolescente de instituto que pareciese un adolescente de instituto de hoy y tuve que investigar qué es lo que viste la gente joven en esas zonas urbanas de Nueva York, las calles por las que van, los lugares en los que quedan; trabajar en Miles Morales fue una gran responsabilidad”, explica Javier, “supuso mucho trabajo pero creo que a la gente le gustó”.
Las aventuras de Miles Morales como Spider-Man es uno de los grandes éxitos de la historia reciente de Marvel. “En las convenciones americanas he visto lo importante que es para ellos el personaje, triunfa muchisimo, es un superheroe negro, es mestizo, su madre es puertorriqueña y su padre es afroamericano, es un referente cultural para mucha gente”, cuenta Javier Garrón. “En las convenciones se acercaban los fans y me daban las gracias”.
Deadpool y Wolverine
En breve se publicará la serie que Javier Garrón ha dibujado sobre ‘Deadpool y Wolverine’, un cómic que se va a lanzar con motivo del estreno en cines pero que “no tiene nada que ver con el filme”, insiste el dibujante. “Me escribió el editor y me dijo, tenemos que cambiar la historia porque es demasiado parecida a la película, la portada ya estaba hecha y he tenido que rehacerla”.
¿Cómo son su Lobezno y su Deadpool? “Pues como me han salido”, exclama Garrón sin dudarlo y explica que “nadie me ha explicado cómo se mueven o cómo funcionan, el de las pelis es Hugh Jackman pero el de los cómics es diferente, para empezar es bajito, Deadpool es alto y es más fibrado, Lobezno tiene muchas más musculatura, la espalda mucho más ancha con unos brazos muchos más grandes, anatómicamente son muy distintos”.
Sus dibujos tienen que reflejar, y lo hacen, la diferencia entre dos héroes totalmente opuestos: “Deadpool y Lobezno son muy distintos y he intentado que eso quede reflejado en el cómic. Deadpool es muy enfático, está encantado de estar con Lobezno, está viviendo la mejor aventura de su vida, mientras Lobezno está hasta las narices de estar con él todo el rato, lo que quiere es irse a casa, no le cae bien Deadpool, no le soporta y está encerrado en una aventura con él, se ha visto arrastrado a una aventura en la cual no quiere estar”.
Superhéroes en la Gran Vía
Bajo los lápices de Garrón, los superhéroes de Marvel han estado también en Madrid. En la capital transcurre una parte de ‘Death of X’ y Garrón tuvo que buscar una zona de la ciudad donde ambientar una escena en la que los principales superhéroes tenían que aparecer inertes en el suelo: “Los puse delante del edificio Metrópoli” en la confluencia de Alcalá con Gran Vía, “me pareció muy bonita esa confluencia de las dos calles”. La página, donde podemos ver autobuses de la EMT destrozados tras una lucha entre villanos y héroes, es espectacular.
Fabricando un cómic
Para que un cómic llegue a un quiosco y puedas leerlo hace falta todo un equipo de personas. Nadie mejor que Garrón para explicarlo: “Normalmente, todo empieza con los editores que quieren poner en el mercado un personaje, contactan con los guionistas y empiezan a formar equipo, aunque hay veces que son los guionistas los que proponen historias”.
Después viene el turno del dibujante y tras él llega el colorista. “Hay dibujantes que se colorean a sí mismos y hay otros que sólo dibujan a lápiz con lo cual hay que contratar un entintador que pase a tinta el lápiz, que es la forma tradicional de trabajar”.
Con el paso del tiempo y la llegada de los métodos digitales, la figura del entintador ha ido perdiendo progresivamente importancia y está desapareciendo. Garrón realiza también el dibujo a tinta: “En mi caso el lápiz es una cosa muy anecdótica y lo cargo todo en la tinta china”. Después llega el colorista y el rotulista que pone los bocadillos y el texto.
El equipo final está formado por varios editores y asistentes, comandados por el editor jefe, guionista, dibujante, rotulista. Y después es el turno de todo el proceso de maquetación y diseño gráfico.
¿Superhéroe favorito ?
“No tengo una respuesta clara a eso, es complicado”, contesta Garrón. “Depende de las circunstancias. En mi caso soy muy fan pero también soy muy consciente de la parte profesional y esta es muy intensa. Al final igual trabajas con personajes que inicialmente te interesan menos, pero llegas a disfrutar más, que trabajas con personajes que te interesan más pero, por las circunstancias de ese proyecto, no disfrutas”.
Dar vida a los mayores héroes y heroínas “es una responsabilidad increíble”, dice Garrón. “Como diría el tío Ben a Spiderman, un gran poder conlleva una gran responsabilidad y cada día, cuando me siento en el escritorio a trabajar, lo que pienso es que tengo que terminar esa página, no sólo por mí, sino porque tengo una responsabilidad ante el resto de profesionales dentro de la cadena. Tengo que terminar esa página y tiene que quedar lo mejor posible”.
Es también la responsabilidad de dibujar algo que van a ver millones de personas, “cuando dibujo me da casi la impresión de que mis páginas son sólo para mi editor y cuatro personas más, luego llegas a una convención y te dices, ‘bueno, eran para esos cuatro y para estos otros millones’ y dices bueno, igual no lo haces tan mal si te siguen dando trabajo”.
Sus lápices dan vida a los más grandes de los cómics, “pasas tantas horas con estos personajes que al final los haces tuyos, las expresiones que tienen se las pongo yo, las expresiones de duda, de miedo, de ira, de alegría se las pongo yo. Tienes que empatizar con ellos y yo intento que mis personajes sean muy expresivos porque yo soy bastante expresivo en la vida real. Si los perros se parecen a sus dueños, los superhéroes se parecen un poco a sus dibujantes”.