El Real Madrid jugará la final del Mundial de Clubes de la FIFA ante el Gremio brasileño después de imponerse, con más sufrimiento del previsto, al Al Jazira de Emiratos Árabes Unidos (1-2), un equipo débil que complicó sobremanera el triunfo blanco, el cual llegó a nueve minutos del final en botas de Gareth Bale, que salió y besó el santo.