Después de dos temporadas consecutivas con el fantasma del descenso al acecho del Getafe, el club presidido por Ángel Torres, con José Bordalás al frente, intentará alejarse de la pelea por la permanencia para vivir un curso tranquilo sin mirar hacia el abismo de la Segunda División.
Hace tiempo que la afición del Coliseum Alfonso Pérez no disfruta con sus jugadores. El año que se marchó Bordalás tras finalizar su primera etapa en el Getafe (temporada 2020/21), ya mostró síntomas de decadencia con una decimoquinta posición que no hizo saltar las alarmas.
A Bordalás le sucedió otro viejo conocido del club como Míchel, que fue cesado después de ocho jornadas en las que sólo consiguió un punto de 24 posibles. Entonces, Quique Sánchez Flores apareció como el hombre-milagro que consiguió una salvación que parecía una quimera. Sin embargo, no aguantó en el cargo la temporada pasada. En abril, cuando el Getafe cayó en puestos de descenso, fue cesado para llamar de nuevo a Bordalás, que acudió con éxito al rescate.
El técnico alicantino salvó al Getafe en la última jornada en un partido de infarto frente al Valladolid en el estadio Nuevo Zorrilla. Su presidente apostó fuerte por Bordalás, que llegó como un remedio para el final de curso y a quien consiguió convencer para alargar su contrato.
Ahora, Bordalás intentará devolver al Getafe a aquellos tiempos de felicidad en los que llegó a terminar quinto en Liga (campaña 2018/19) para disputar la Liga Europa. Y deberá intentarlo con pocas caras nuevas y con algunos jugadores lesionados que regresarán con cuentagotas a principio y mediados de curso.
De momento, y a falta de un tramo para que finalice el mercado de verano, el Getafe sólo ha incorporado a cuatro caras nuevas: el delantero hondureño Anthony Choco Lozano, el lateral derecho José Ángel Carmona, el portero brasileño Daniel Fuzato y el mediocentro Sergi Altimira. Además, ha adquirido en propiedad a jugadores que tenía en condición de cedidos como el uruguayo Gastón Álvarez, el paraguayo Omar Alderete y Cristian Portugués Portu, por quienes han desembolsado cerca de nueve millones de euros.
También ha conseguido que Juanmi Latasa, clave en la permanencia del curso pasado con sus actuaciones en las últimas jornadas, juegue otro año más cedido por el Real Madrid. Por contra, el Getafe ya no cuenta con Munir El Haddadi, Jakub Jaknto, Erick Cabaco, Darío Poveda, Diego Conde, Jack Harper y Kiko Casilla. Ninguno ha dejado dinero en las arcas del club azulón: o se han marchado cedidos o han terminado sus contratos y se han ido libres.
Bordalás tendrá que encajar los engranajes de una maquinaria que espera a tres piezas que pueden ser clave: los mediocentros Luis Milla y Mauro Arambarri y el delantero Enes Ünal. Los tres están lesionados.
Los dos primeros, podrían volver en las primeras jornadas, mientras que se espera que el turco vuelva en los meses de enero o febrero para convertirse en un fichaje de lujo en el mercado de invierno. Tendrá que cumplir plazos con precaución para recuperarse por completo de una rotura del ligamento cruzado de su pierna derecha.
Con todas esas piezas, el puzzle que también forman viejos conocidos de la mejor época de Bordalás en el Getafe como Jaime Mata, Nemanja Maksimovic, David Soria, Damián Suárez o Djené Dakonam, más jugadores de contrastada calidad como Borja Mayoral o Carlos Aleñá, el conjunto azulón intentará espantar los fantasmas del descenso que atenazan al club madrileño desde hace dos temporadas. Bordalás, podría tener la llave del éxito.