Doce años después de su histórico ascenso a Segunda, el Alcorcón ha puesto fin a un sueño con una temporada para olvidar en la que desde el principio se vio que la permanencia iba a ser imposible por la inconsistencia de los mimbres y las malas decisiones que se estaban tomando a nivel deportivo.
Las razones del descenso del Alcorcón se pueden resumir en cinco:
Mala planificación deportiva
La pasada campaña la permanencia ya fue agónica. El buen trabajo que se había hecho en la temporada 2019/2020 se dilapidó con un cambio drástico en el banquillo apostando por Mere Hermoso que al final remendó Juan Antonio Anquela, el ídolo de la afición que volvió al rescate de su equipo con los valores de la vieja escuela.
Para el presente curso Emilio Vega, director deportivo del club, renovó por completo el plantel con futbolistas de su preferencia, en los que poco tuvo que ver Anquela, sin encontrar una defensa solvente ni una delantera con ciertas garantías de gol, algo que se vio desde el principio.
Señales de agotamiento del modelo deportivo
La mala planificación deportiva quedó reflejada en una plantilla envejecida con once jugadores como columna vertebral por encima de los treinta años al inicio del curso.
Dani Jiménez (31), Laure (36), Carlos Bellvis (36), David Fernández (36), Nicolás Gorosito (33), Gio Zarfino (30), Hugo Fraile (34), Carlos Hernández (31), Xisco Jiménez (35), Juan Aguilera (36) y David Forniés (30).
Destitución de Anquela
Juan Antonio Anquela, el artífice de los mayores éxitos del club como la eliminación del Real Madrid en la Copa del Rey de 2009, el ascenso a Segunda en 2010 o la disputa de la promoción para subir a Primera en 2012, regresó al Alcorcón en noviembre de 2020 con el equipo en una delicada situación clasificatoria.
Tras recuperar a una plantilla hundida anímica y deportivamente salvó al equipo. En la presente temporada, tras solo seis partidos en los que los resultados no acompañaron, fue destituido, cuando tenía el respaldo de la plantilla y la afición.
La apuesta de la dirección deportiva fue Jorge Romero, el técnico del filial, que había vuelto al club en verano de 2021 en una maniobra que parecía orquestada de antes para cuando cayera el jienense. Solo duró siete partidos al frente del primer equipo.
El tercer técnico, Fran Fernández, llegó al Alcorcón en el peor momento, con el equipo hundido en la tabla, sin rumbo y un clima social muy quebrado. No fue el revulsivo que necesitaba el equipo.
Poca conexión entre afición y directiva
La destitución de Anquela fue la gota que colmó el vaso para que la afición decidiera, mediante un comunicado, mostrar su malestar por lo que consideraban una deriva del club cada vez más alejada de los principios históricos del club.
"Entendemos que el club, al no escuchar a su masa social, sus peñas y Federación, ha roto unilateralmente las relaciones con estas", declaró la Federación de Peñas en su comunicado de septiembre de 2021.
Desde entonces la afición se desenganchó por completo del equipo, el estadio de Santo Domingo lució medio vacío en numerosas ocasiones y ese calor de las gradas que en otras ocasiones fue clave para cumplir objetivos desapareció por completo.
Cambio completo de la plantilla en el mercado de invierno
Que la planificación del equipo al inicio de temporada había sido mala quedó patente cuando, en el mercado de invierno, el club acometió nueve llegadas y otras nueve bajas, siendo especialmente dolorosa la del portero Dani Jiménez, uno de los pesos pesados del vestuario, que se bajó del barco en el momento crítico.
En una situación muy delicada, sin mucho tiempo para acoplarse, y en plena deriva deportiva, ninguno de ellos ha tenido un papel excesivamente protagonista.
La mejor noticia quizá haya sido la irrupción del joven central del filial Oscar Rivas, cuya continuidad como titular ha coincidido con el mejor momento deportivo del equipo esta temporada mediada la segunda vuelta del campeonato.