No son los mejores tirando ni driblando ni entrando a canasta, pero eso no importa. Juegan con sus amigos, aprenden compañerismo: "Somos una piña, si una se cae del barco, nos caemos todas".
Están felices de poder disfrutar de su gran pasión, el deporte del baloncesto y lo hacen gracias al equipo Sin rasgos. Se trata de un equipo dirigido a personas con discapacidad intelectual. Una escuela deportiva que va más allá.
Es un proyecto que cumple 15 años y está dirigido por Jorge Blanco con la inestimable colaboración del pívot del Urbas Fuenlabrada Chema González. Para sus jugadores es una forma de integración, de socialización y desarrollo personal.