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El reencuentro de Simeone
- Ha vuelto a la versión que tantos éxitos le ha dado durante tantos años en el Atlético
Incluso antes de la derrota contra el Levante, a Diego Simeone le desconcertaba que ni siquiera la fórmula defensiva, infalible a lo largo de toda su era en el Atlético de Madrid, fuera una solución para el equipo, que surcaba entonces a la deriva su tramo más incierto de la década.
Apresado por los resultados, devorado por los errores atrás y preocupado por la falta de contundencia, hasta que tocó fondo hace un mes, cuando resurgió a golpe de victorias hasta reencontrarse con sí mismo en Old Trafford, como equipo, con su esencia más competitiva, con su aspecto más firme y compacto, en un momento determinante.
Ha salido ya del laberinto que transitó entre diciembre y febrero, en el que tan solo ganó cinco de sus catorce partidos, en el que sufrió su peor racha de toda la histórica etapa del técnico argentino al frente del bloque rojiblanco (cuatro derrotas consecutivas en la Liga), en el que incluso asumió los fallos atrás como parte ineludible de su realidad, a la que no hallaba solución por más insistencia, por más empeño, por más trabajo, hasta el más mínimo detalle, que proponía en cada entrenamiento, cada mañana en Majadahonda.
No se trasladaba a la verdad de la competición, cuando el balón entraba en juego, porque no era nada rotundo en ataque, porque no era nada concluyente en el centro del campo, porque era un chollo en defensa, porque Jan Oblak no era el que fue desde que llegó al club (su reivindicación en Old Trafford fue incontestable con dos paradas definitivas), porque dependía de sus individualidades y porque necesitaba ser mucho más equipo de lo que era en el sentido colectivo del fútbol, tan indispensable a este nivel y tan fundamental para Simeone.
La reacción ha sido conjunta, con la expresión más indiscutible en la eliminatoria que ha jugado contra el Manchester United de Cristiano Ronaldo. En la ida, en el Wanda Metropolitano, aunque la resolviera con un empate, y en la vuelta, con el triunfo por el 0-1 de cabeza de Renan Lodi que significó la sexta clasificación de nueve intentos del Atlético de Simeone para los cuartos de final de la Liga de Campeones. Sólo falló en tres: el pasado curso, ante el Chelsea; en 2018-19, ante el Juventus; y en 2017-18, como tercero de grupo.
"Cuando el equipo trabaja como equipo a mí me emociona, ver un equipo competitivo, no tener vergüenza para a veces jugar replegado...", expresó Diego Simeone, que ha vuelto a la versión que tantos éxitos le ha dado durante tantos años en el Atlético, a un equipo cuya solidez es inalterable, que se defiende en unas líneas muy compactas, que prioriza los espacios sobre el balón, que sale con velocidad y verticalidad y que gana por sus individualidades en las dos zonas más cruciales del fútbol, el área propia y la contraria.
LA LIBERACIÓN DE JOAO FÉLIX
"Se vio un Atleti muy fuerte, un equipo muy sólido, compacto, con muchas ganas de demostrar que podemos jugar estos partidos, ir más lejos y es un orgullo estar aquí", abundó a 'Movistar' Antoine Griezmann, fotografiado con la camiseta del '7' de Joao Félix, que lucía a la vez la del '8' de 'El Principito', en la instantánea que inmortalizó en el vestuario el triunfo en Old Trafford.
"Yo ya tengo en la mochila su camiseta", decía Griezmann en un vídeo difundido este miércoles por el club. "Yo no. La regalé la tuya a un niño que me la pidió", contestó Joao, que añadió: "Estaba con la mía, me he puesto la de él, porque me llevo muy bien con él desde que llegó, porque yo ya estaba y él fue quien llegó (sonrió), y siempre me aconsejó mucho, siempre estuvo conmigo".
Joao Félix es uno de los nombres claves del renacimiento del último mes del Atlético. Sus cinco goles en los últimos seis encuentros, pero sobre todo su liderazgo ofensivo, cómo abrió de forma decisiva la jugada del gol en Old Trafford con el taconazo que fue el que desbordó a su adversario para el centro de Griezmann y el posterior remate de cabeza de Lodi, confluyen en la libertad con la que juega ahora, en la liberación de su fútbol y de su talento, en su consolidación, pero también en el crecimiento colectivo de todo el equipo, que resalta cada individualidad.
"En los momentos difíciles hay grupos que se debilitan, pero este equipo hizo todo lo contrario. Fue donde más fuerte se hizo. Entrenábamos cada día más fuerte", repasó este martes a Movistar Rodrigo de Paul, cuando echó la vista atrás hacia aquella derrota por 0-1 contra el Levante, cuando todo estuvo en duda. Y en peligro.
LA IRRUPCIÓN DE HÉCTOR HERRERA
La respuesta fue inmediata, con el triunfo por 0-3 ante Osasuna, tras el respaldo público de Miguel Ángel Gil Marín a Diego Simeone ante los jugadores, las reuniones entre sí, la escenificación y, lo más crucial, los hechos sobre el terreno de juego. "A partir de Osasuna aparecieron las charlas que tuvimos, toma de decisiones y a partir de ahí hay un grupo que si hay un piscina se tira, si hay agua o no, no se sabe", exclamó Simeone nada más triunfar en el Teatro de los Sueños.
Una de esas decisiones ha sido Joao Félix, reafirmado en el once en toda la dimensión que esperaba, tan determinante ahora como reclamaba el técnico, asociado a Correa o al recuperado Griezmann (en aquel tramo de derrotas se perdió nueve encuentros por lesión), pero hay otra de sumo calado: la titularidad de Héctor Herrera, que había contado muy poco hasta el pasado mes de febrero, con apenas tres partidos de inicio de 28 posibles.
"Es difícil asimilar que no estás participando, que no te toman en cuenta", explicó a Efe dos días antes de jugar la ida contra el Manchester United, que lo relanzó de nuevo en el once. Su partido fue imponente. Ya había jugado en el 0-3 a Osasuna en El Sadar. Ha sido titular en cada uno de los seis encuentros consecutivos sin perder que acumula en la actualidad el Atlético, cinco de ellos con victorias, siempre con él como guía en el centro del campo en sus últimos meses en el club. En el horizonte está su siguiente destino: el Dynamo Houston.
LA 'NUEVA' FUNCIÓN DE LODI
Otro cambio fue Renan Lodi, quizá derivado de todas las circunstancias que lo devolvieron a la titularidad en el partido de ida ante el United, cuando antes había contado también muy poco. Sancionado Yannick Carrasco, entre las bajas en otras posiciones, Simeone apostó por él como un factor desequilibrante y sorpresivo del partido. Ya había desarrollado ese rol de carrilero en otras ocasiones, pero generalmente había decepcionado, quizá por las restricciones defensivas que siempre lo habían apresado en el despliegue que ejerce hacia adelante, hasta su impacto en aquel encuentro, su doblete al Celta y el gol de la clasificación en Old Trafford.
"Agradezco a Simeone esta nueva función. No es fácil hacerla. Estoy trabajando, estoy aprendiendo con Carrasco también, que es donde Carrasco juega. Busco intentar mejorar con él y con el grupo", explicó el lateral internacional brasileño, relanzado curiosamente, de repente, cuando percibía más competencia con el fichaje de Reinildo Mandava en el último día del mercado de fichajes de enero, cuando la idea original era para el próximo verano.
El lateral mozambiqueño, procedente del Lille, ha sido indiscutible desde entonces para Simeone, pero ya no cubre el sitio de Lodi. Ahora es el central zurdo en la línea de cinco a la que ha retrocedido de nuevo el entrenador argentino después de su intento fallido de acomodar a su conjunto en el clásico 4-4-2 de sus primeros año en el club. En ese sentido, Old Trafford fue también la reivindicación de Reinildo, bajo la duda en sus anteriores duelos.
EL REGRESO DE VRSALJKO Y LA SUPLENCIA DE SUÁREZ
Ha habido más decisiones, pero quizá no sean tan influyentes. O sí, como la reaparición de Sime Vrsaljko para el lateral/carril derecho, infrautilizado durante los meses anteriores, pero repuesto en ese sitio para relanzar a Marcos Llorente en el centro del campo. Así ocurrió contra Osasuna, la ida ante el Manchester United, el triunfo ante el Celta y el inicio del choque ante el Betis, pero no contra el Cádiz -el partido del Atlético ese día fue horroroso, pese a la victoria- y, sobre todo, este martes en la vuelta en Old Trafford.
También la suplencia ya constante y consolidada de Luis Suárez, en el banquillo en los últimos cinco encuentros de forma sucesiva, pero sin olvidar que él fue titular y goleador en el 0-3 a Osasuna que desató la actual reacción, o que, también con él relegado a un segundo plano en la Supercopa de España y en los octavos de final de la Copa del Rey el pasado enero, con Joao Félix y Correa en el ataque, el Atlético naufragó también, eliminado en las dos competiciones de manera inapelable.
También se ha caído de los once titulares Mario Hermoso, superado en la competencia por Reinildo Mandava cuando ambos estaban disponibles, aunque después se lesionó en el aductor el central madrileño, que regresó a la convocatoria en Manchester.
A la vez, Simeone ha recuperado a sus dos centrales de más confianza, Stefan Savic y José María Giménez, indisponibles los dos a la vez en el tramo que separó la derrota por 1-2 contra el Mallorca del 2 de diciembre de la reaparición de los dos juntos en el 4-2 en contra ante el Barcelona, cuando ya sí jugaron juntos de nuevo.
Entre uno y otro tramo, el Atlético perdió seis de los diez choques que jugó. Cierto es que, con ambos, cayó 0-1 con el Levante; el brusco golpetazo que cambió al equipo el pasado 16 de febrero. Reiniciado entonces, ya se ha reencontrado con la versión más reconocible de la era Simeone.