El Real Madrid se presenta en Barcelona con la intención de darle un vuelco a su historia reciente y conseguir un trofeo, la Copa del Rey de baloncesto, que se le resiste desde hace casi dos décadas. El equipo blanco ha tenido en la competición copera uno de sus principales escollos en los últimos años, ya que desde la temporada 1992-1993 no consigue este título, cuando derrotó al Joventut por 74-71 en la final disputada en La Coruña.
El conjunto madridista acude con sensaciones agridulces al Palau Sant Jordi de Barcelona, donde en mayo del año pasado disputó con malos resultados la Final a Cuatro de la Euroliga, tras caer ante Maccabi Tel Aviv y Montepaschi Siena.
Los de Pablo Laso han desplegado un juego vistoso hasta la fecha, y han destacado por su contundencia ofensiva, lo que les ha permitido liderar la primera fase de la Euroliga y muchas fases de la liga regular de la competición doméstica.
Sin embargo, las contundentes derrotas en Euroliga ante Montepaschi Siena y Gescrap Bizkaia, más algún otro traspiés en la competición nacional (reciente derrota en el Palacio de los Deportes ante el propio conjunto bilbaíno) han ensombrecido un poco el panorama de un conjunto que también se ha resentido de las bajas de Rudy Fernández y Serge Ibaka, si bien hombres como el joven Nikola Mirotic o el veterano Felipe Reyes han dado un paso adelante en su rendimiento tras la marcha de los NBA.
Además, tanto el lituano Martynas Pocius como el estadounidense Jaycee Carroll, fichados esta campaña, se han adaptado bien a los sistemas de Pablo Laso y su rendimiento desde el perímetro puede ser clave en las aspiraciones del equipo.
Otro de los retos que el Real Madrid debe afrontar es una hipotética final frente al Barcelona Regal, enfrentamiento que se ha dado en las dos últimas ediciones de la competición y un total de cuatro veces en los últimos once años, y que siempre se ha decantado del lado azulgrana.
Pero el camino hasta la final es complicado en un torneo tan propenso a las sorpresas como la Copa del Rey, competición que no consigue vencer un anfitrión desde que en 2002 lo hiciera el Caja Laboral.
En cuartos de final espera mañana el Mad-Croc Fuenlabrada, una de las sorpresas agradables de la liga, y un conjunto que, históricamente, suele poner en dificultades a los blancos.
Con la duda sobre el estado del pívot croata Ante Tomic, ausente en los últimos encuentros por problemas físicos, el conjunto blanco comienza mañana una nueva andadura copera después de su última victoria liguera en Sevilla (63-98), en la que el equipo madrileño volvió a reencontrarse con las buenas sensaciones transmitidas en muchas partes de la temporada.